La pandemia del coronavirus ha golpeado con fuerza en Italia: hoy registra más de 15.000 contagiados y más de 1.000 muertes por el COVID-19. El fútbol del país se puso en pausa al menos hasta el próximo 3 de abril y dos futbolistas ya dieron positivo: Daniele Rugani, de Juventus, y Manolo Gabbiadini, de Sampdoria. La región de Lombardía es una de las más afectadas. Allí reside Lucas Biglia, actual jugador del Milan y ex referente de la selección argentina. En diálogo con TyC Sports, el mediocampista, de 34 años, describió cómo vive junto a su familia en tiempos de cuarentena y desarrolló un duro reclamo por cómo se manejó la crisis por el brote en el mundo del fútbol.
“Me entreno en casa, tranquilo; los jugadores no somos inmunes y ante todo está la salud. El fútbol mueve muchas cosas y a veces se deja de lado la salud”, comenzó con su crítica. “Los hospitales han colapsado, se ha hecho un contagio muy grande, un poco han subestimado esto. Si tenés síntomas te dan un número para llamar y sugieren no ir a los hospitales, y el estado sanitario no ha podido responder por el colapso. Las ayudas respiratorias en los hospitales no alcanzan. Te hablan de no entrar en pánico, pero tampoco te dicen la realidad del virus, cuando estás en apuros no encontrás las respuestas que necesitás”, se explayó sobre el panorama que observa en Milán.
“No se le dio la importancia real, fijate que España, con menos casos suspendió las actividades. Lo mismo en Alemania, pero acá se subestimó. Y en menos de 15 días colapsó todo. El error, en el caso de los deportes, es seguir jugando; nosotros no somos inmunes. Ya tenemos jugadores de Juventus, de Sampdoria, con casos positivos. No se tiene que jugar nada. Paremos un mes, que no cambia nada, ganamos en salud. Enseguida empiezan a surgir los problemas por los derechos de TV... ¿Qué pasa, morimos por un peso más?”, interpeló con vehemencia el oriundo de Mercedes.
La enfermedad modificó drásticamente la rutina de los Biglia. “Mis hijos no perdieron clases, hacen clases on line, con diferentes profesores, es un grado de stress muy alto, porque estás encerrado, pero los chicos igual pueden estudiar. Después buscamos entretenerlos, por ahí, mismo dentro del lugar donde vivimos, bajo con el más chico a jugar a la pelota...”, aportó. “En general, las compras las hacemos on line. Sale mi señora a hacer alguna compra particular; el otro día estuvo una hora y media haciendo cola, porque entran de a pocas personas en el supermercado. En ese sentido fue muy organizado. Ahora estoy hablando desde el balcón de casa y no hay nadie. Es el desierto, cero ruido, nada”, completó.
En el cierre, Biglia volvió a subrayar su mensaje: “Se tiene que parar todo, yo entiendo que hay gente que depende del día a día para vivir, y sin eso no come. A esa gente hay que ayudarla. Pero hay que parar todo”.
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