El plan táctico de Atlético Tucumán que anuló a River Plate: así lo goleó hace menos de un año

En la ida de los cuartos de final de la pasada Copa de la Superliga, el elenco dirigido por Ricardo Zielinski sometió al de Marcelo Gallardo, imponiéndose por 3-0 con un sistema compacto que resultó efectivo

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Los goles de Atlético Tucumán en el 3-0 al River Plate

Pocos fueron los equipos que lograron domar el fútbol dinámico y abrumador del River Plate de Marcelo Gallardo, que ha cosechado 11 títulos en poco más de cinco años y que aspira a llegar a la docena de trofeos este sábado en Tucumán. El Barça de Luis Enrique en la final del Mundial de Clubes 2015, con su tridente Messi-Suárez-Neymar en esplendor, quizás sea el único que lo minimizó por completo. El Millonario siempre compitió. Incluso fue superior al Flamengo en la última final de la Copa Libertadores. Es difícil tomarle las riendas a un River que está a un triunfo de saldar la cuenta pendiente de su ciclo más exitoso: ganar la Superliga Argentina.

Su último obstáculo es el Atlético Tucumán del ‘Ruso’ Zielinski, que no será nada sencillo y que justamente alguna vez supo neutralizarlo. Aquel tropiezo fue en el Monumental José Fierro hace muy poco tiempo: el Decano se impuso por 3-0 en la ida de los cuartos de final de la Copa de la Superliga 2019. Con un plan táctico que maniató al Millonario, el cuadro norteño logró un triunfo inapelable que le permitió pasar de fase pese a perder 4-1 al jugar el desquite en Buenos Aires.

Por aquellos días, el River de Gallardo había empatado 2-2 con el Inter de Porto Alegre y llegaba a Tucumán con una sola derrota en 20 partidos (12 triunfos, siete empates). Salió a jugar con un 4-4-2 pero con un mediocampo flexible, con Bruno Zuculini en el eje, Enzo Pérez y Exequiel Palacios siendo ruedas de auxilio en ambas fases del juego, y Nacho Fernández de volante ofensivo. Y pudo imponer su conocido libreto durante los 20 o 30 minutos iniciales, donde explotó mayormente las incursiones ofensivas de Fabricio Angileri por banda izquierda y tuvo chances de marcar un gol. Sin sacar el máximo potencial de su intensidad, lograba dominar en territorio enemigo y parecía que conseguiría otro resultado positivo.

(Foto Baires)
(Foto Baires)

Pero esas sensaciones fueron diluyéndose por mérito de un Atlético Tucumán que, con un 4-4-2 más rígido, de rasgos defensivos, llevó el desarrollo del juego a un terreno incómodo para su rival, compactando sus líneas e interrumpiendo circuitos, congestionando carriles de pase, para que el espacio libre solamente esté por fuera. En ese contexto, cada recuperación daba paso al simple -pero también potencialmente efectivo- mecanismo ofensivo de saltear líneas con balones largos para estar rápidamente en el último tercio. Con el juego directo y una buena combinación de David Barbona con Leandro Díaz llegó el primer gol. Una ventaja clave que fue ampliada un puñado de minutos más tarde con un balón detenido: Javier Toledo estableció el 2-0 en un tiro de esquina.

Ese resultado a favor le permitió a Atlético Tucumán desarrollar su plan con mayor aplomo. Gallardo movió piezas con poco más de media hora de juego por delante para agitar el tablero. Decidió refrescar el ataque con el ingreso de Matías Suárez por Rafael Borré y darle otra configuración a su mediocampo al cambiar a Nicolás De La Cruz por Bruno Zuculini, ofreciéndole un nexo extra a sus atacantes. No fue suficiente. Y Toledo marcó el tercer gol en la segunda jugada de un balón detenido ejecutado desde atrás de mitad de cancha hacia el área, con cuatro jugadores del Decano posicionándose mano a mano con los defensores de River, transformado su dibujo en un 4-2-4 para explotar el máximo las aproximaciones.

(Foto Baires)
(Foto Baires)

De cara a los últimos 10 minutos, Zielinski reemplazó a Leandro Díaz por ‘Pichi’ Mercier -también a Mauro Matos por Toledo, aunque a pocos segundos del pitazo final- para sumar un jugador más que pueda colaborar en la recuperación en la zona media e interrumpir transiciones de defensa-ataque.

Fue una noche de pura inspiración para Atlético Tucumán, que ejecutó un plan táctico con muchas disciplina y esfuerzo, golpeó en los momentos indicados, y consiguió imponerse a un equipo que unos meses antes se había consagrado campeón de América y que podría este sábado volver a alzar un título, ese que se ha transformado en una cuenta pendiente. Y aunque cada partido es un mundo en sí mismo, el River de Gallardo sabe que Atlético Tucumán puede elaborar un plan táctico que enjaule ese sueño.

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