Después de lo que fue la categórica derrota por 3 a 0 en Colombia, Huracán recibió en el Tomás Adolfo Ducó a Atlético Nacional, en el encuentro correspondiente a la revancha de la primera fase de la Copa Sudamericana.
Con un clima de resignación, la presencia de muchos suplentes y la apuesta por varios pibes de las inferiores, Israel Damonte presentó a un equipo con el objetivo de foguear a los más jóvenes, en lugar de intentar una hazaña histórica ante el escaso público que arribó a Parque Patricios.
Una proyección de Mafla sirvió para que la novela comience a concluir de forma prematura. El centro del lateral se detuvo en la mano de Navarro y el chileno Bascuñán no lo dudó: penal. Desde los doce pasos Andrés Andrade le cambió el palo a Pellegrino y el Verdolaga festejó el 1 a 0.
Con más vergüenza que criterio el Globo logró emparejar el marcador a través de la vía aérea. Un centro de Santiago Hezze encontró la cabeza de Leandro Grimi, quien de espaldas a Cuadrado empató el compromiso. El beso al escudo del ex defensor de Racing y la lesión que sufrió con su hombro dislocado dieron cuenta del sacrificio constante que vive la entidad quemera.
Durante el complemento los protagonistas firmaron un armisticio amparado en la falta de emociones. Alguna patada innecesaria, algún que otro remate de media distancia que no representaba demasiado riesgo y el constante juego friccionado hicieron que los segundos 45 minutos se diluyan en una agonía sin fe ni esperanza para Huracán.
Con el boleto garantizado a la segunda fase, Atlético Nacional aguardará el sorteo para conocer al próximo rival, ya que la competición aguardará a los diez participantes que llegarán de la Copa Libertadores.
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