La maldición de los penales de River: con el de Borré ante Banfield, falló los últimos cuatro

El colombiano estrelló su intento en el travesaño, en otro eslabón de la mala racha del Millonario desde los 12 pasos

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El Penal errado por Santos Borré

River ya vencía 1-0 a Banfield en el Monumental, gracias a la conquista de Matías Suárez, tras el gran desborde de Montiel. Rafael Santos Borré se posicionó para ampliar la ventaja mediante la ejecución del penal, cara a cara con su compatriota Arboleda. Sin embargo, su remate, fuerte, furioso, rebotó en el travesaño.

Resultó el síntoma de una carencia del Millonario. Al líder de la Superliga, el dueño del mayor registro goleador del torneo, le cuesta convertir los penales. Anotó tres de los ocho que le otorgaron en el certamen. Más: lleva cuatro fallados de forma consecutiva. Cuatro ejecutantes diferentes no lograron gritar en la pena máxima. El último tanto del elenco dirigido por Marcelo Gallardo desde los 12 pasos se dio ante Huracán, por la quinta fecha. El autor: Nacho Fernández.

La maldición, en realidad, comenzó en la segunda fecha. En la victoria 3-0 ante Lanús, Nicolás de la Cruz se hizo cargo de un penal y Agustín Rossi, figura a pesar de la goleada, neutralizó el intento. Nacho Fernández, en la sexta jornada del campeonato de Primera División, tuvo el empate en sus botines contra Vélez en el Monumental. En dicha oportunidad, Lucas Hoyos contuvo arrojándose a su izquierda.

El colmo, tal vez, se dio en la fecha 16: River recibió a San Lorenzo y generó un sinfín de oportunidades para anotar, incluidos dos penales. El primero lo pateó Borré, a la izquierda de Sebastián Torrico, quien esperó hasta último momento para arrojarse y adivinó volcándose a su izquierda. Luego, también por una falta de Andrés Herrera, Juan Fernando Quintero se hizo cargo de la revancha. Su toque sutil se estrelló contra el palo.

Los penales errados por River en la Superliga

En la noche del estadio Antonio Vespucio Liberti, nuevamente le tocó a Borré, quien apostó a romper la maldición. Pero la racha poco a poco se transforma en un pagaré de los que Marcelo Gallardo trabaja día a día para levantar.

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