Con casi 50 años ligado al fútbol profesional, 37 de ellos como entrenador y con dos etapas al frente de la Selección, el trayecto y el arcón de vivencias dentro del mundo de la pelota de Alfio Basile es infinito. Es así que en cada salida pública el Coco expone sus recuerdos y anécdotas que dejan fascinados a los amantes del deporte. Esta vez, el hombre de 76 años sorprendió al revelar dos infidencias de una de sus mejores etapas como DT, cuando comandó al seleccionado argentino a principio de los ’90.
El 5 de septiembre de 1993, la Albiceleste sufrió la mayor goleada como local en su historia luego de caer por 0-5 ante Colombia, en un encuentro correspondiente a las Eliminatorias del Mundial de 1994. En diálogo con el programa Superfútbol, de TyC Sports, Basile decidió sacar a la luz una infidencia de aquel cotejo que lo tuvo a él como uno de los máximos responsables desde el banco de suplentes. “Voy a contar una cosa. Después de que me comí cinco con Colombia, vino Julio Grondona al vestuario y yo había pensado en renunciar. Quería renunciar de la calentura, de la bronca, de la vergüenza que tenía, pero ¿sabés por qué no renuncié? Estaba yendo a la conferencia de prensa, en la cancha de River, y viene Julio y le digo ‘perdóneme pero esto no va más’, y él me dice: ‘¿Cómo? No querido, ¿sabés lo que es esta Selección? hace treinta y pico de partidos que no pierden’. ‘Pero es una verguënza esto, estoy avergonzado. No lo hago de cagón, lo hago de bronca, de orgullo’, le dije. Era la calentura de los 15 minutos posteriores al partido. Y en ese momento me acuerdo que casi hago la locura de irme y si teníamos un presindente (de la AFA) en contra mío, me iba. Un fenómeno Don Julio”, aseguró.
Continuando con aquel ciclo del Coco al mando la Selección, Horacio Pagani le consultó por el día que si renunció a su puesto, después de la eliminación del equipo en la Copa del Mundo de Estados Unidos y con el condimento especial de la suspensión de Diego Armando Maradona por doping. “Grondona siempre quiso que siguiera. Ya había pasado tiempo, había ganado cosas muy importantes, el Mundial pensé que lo ganábamos, probablemente agrandado pero veía al equipo para ganar el campeonato mundial. Pero vi lo que pasó y me dio asco. El día que suspendieron a Diego, en Dallas, me llamaron al otro día a las 10 de la mañana, nosotros ya estábamos preparados con el doctor para hacer la defensa (del doping) y teníamos que ir a declarar. No dormí en toda la noche, me había llamado el Presidente de la República, Fernando Miele que estaba conmigo y todo el cuerpo técnico; pasamos una noche tremenda. Ya habíamos arreglado por un caso anterior en el Mundial de México de 1970. Estábamos listos para ir ante la FIFA con el doctor y me suena el teléfono en el hotel. Atiendo y era Grondona. ‘No vengas porque ya está echado del Mundial, ni en el hotel puede estar. No vengas a defender a nadie porque ya está todo liquidado', me dice. ¡Mamita querida! En vez de un partido, lo habían sacado del Mundial, del hotel, todo. Me costó mucho superar eso. Respondiendo la pregunta, cuando volví renuncie de inmediato porque había sido un fracaso. Renuncié allá pero vine a dar la cara acá”, aseguró.
De esta manera, el Basile expuso el motivo que lo llevó a dar un paso al costado, que más allá del resultado deportivo obtenido en ese certamen, deja en evidencia el compromiso que tenía el DT con sus dirigidos y la lealtad a Pelusa. “Me dio asco la organización de ese Mundial. La gorda que entró a buscarlo al Diez, que se yo si salió de verdad el ’10′ en la ficha. Hasta el día de hoy no se sabe, le dijeron ‘agarrá al 10’. Vieron jugar dos partidos a Argentina y Joao Avelange, que yo lo conocía bien de congresos y que era el último Mundial que le quedaba porque se iba de FIFA y no eran campeones desde el ’70, dijo que agarren a Maradona”, agregó sobre los hechos que no le gustaron y hasta el día de hoy encuentra inexplicables.
Además, el Coco detalló el momento en el que tuvo que informarle al capitán sobre la sanción recibida y sus sospechas sobre la terna arbitral que designó la FIFA para el choque por los octavos de final ante Rumania, en el que el seleccionado quedó eliminado. “A Diego se lo dije yo en la cama y después vino Julio. Fuimos con todo el cuerpo técnico a la habitación para apoyarlo, estaba destruído. Le hablamos y después empezaron a venir los muchachos, todo el equipo para hablar con él para levantarle el ánimo. Y después fuimos boleta y nadie dijo nada. Nos pusieron un árbitro italiano para jugar con Rumania, que en una jugada Balbo estaba habilitado por 20 metros y se iba solo al gol, con eso clasificábamos, y nadie dijo nada de eso. Levantó la bandera el italiano y estaba habilitada. Nos bombeó”, concluyó.
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