Poco más de 14 meses tardó el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus siglas en inglés) en fallar sobre los incidentes provocados en la previa del partido de vuelta que debían protagonizar River y Boca en el Estadio Monumental por la final de la Copa Libertadores 2018: se mantendrá el resultado deportivo (3-1) obtenido en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid y el Millonario deberá afrontar dos partidos del certamen internacional sin público en Núñez.
“La apelación presentada por el Club Atlético Boca Juniors el 7 de diciembre de 2018 se confirma parcialmente”, expresa en su inicio el documento firmado por Massimo Coccia, un abogado italiano elegido por el TAS para liderar el panel que dirimió este conflicto.
Luego de una larga evaluación con respecto a los hechos de violencia que decretaron la suspensión y postergación del cotejo que se debía disputar el sábado 24 de noviembre de 2018 en el recinto de Núñez, la última instancia de apelación confirmó -mediante un documento de 46 páginas- la victoria que el equipo de Marcelo Gallardo consiguió en Madrid y, por lo tanto, su condición de campeón no se modificará.
En tanto, el TAS reconoció que el ataque al ómnibus existe una culpabilidad “parcial” del club argentino, por lo que determinó que River deberá disputar dos encuentros de la Libertadores a puertas cerradas, sin la presencia de público. “El Club Atlético River Plate violó los artículos 8 y 13.2 del reglamento disciplinario de Conmebol”, asegura el fallo.
Esta última medida es adicional a la que ya había impuesto la Conmebol en su momento, cuando sancionó al Millonario con dos presentaciones como local sin hinchas, que cumplió en 2019 ante Palestino y Alianza Lima. Por lo que River deberá iniciar esta edición de 2020 nuevamente sin la presencia de hinchas en sus primeros dos compromisos en su cancha.
Cabe recordar que, tras el duelo de ida en La Bombonera, en el que ambos equipos igualaron 2-2 gracias a los goles de Ramón Ábila y Darío Benedetto –para el Xeneize– y Carlos Izquierdoz en contra y Lucas Pratto –para la visita–, el plantel dirigido en ese entonces por Guillermo Barros Schelotto debía ir a la cancha de su acérrimo rival con la ilusión de conquistar su séptima estrella en la competencia más importante del continente.
Fue precisamente en la antesala del cotejo que se iba a disputar el sábado 24 de noviembre de 2018 que existió una violenta agresión por parte de los fanáticos de River contra el micro de Boca en las inmediaciones del Estadio Monumental.
Producto de aquel acto de violencia, algunos jugadores y miembros del cuerpo técnico xeneize resultaron heridos, entre ellos Pablo Pérez y el juvenil Gonzalo Lamardo como los más afectados. De esta manera, los presidentes de las instituciones Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, junto con el mandatario de la Conmebol Alejandro Domínguez y bajo la presencia de Gianni Infantino, acordaron postergar el partido para el día siguiente y así poder terminar la llave final que decretaría al campeón.
Sin embargo, ese domingo, Angelici tomó la decisión de que su equipo no se presente y, al mismo tiempo que se decidía trasladar la final a Madrid para el 9 de diciembre, inició acciones legales por lo ocurrido. En primera instancia lo hizo ante Conmebol, luego acudió a la FIFA y finalmente al TAS, última instancia de apelación.
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