Finalmente Daniele De Rossi rescindió su contrato con Boca Juniors y en conferencia de prensa explicó que su salida del club se debe a que dejará de jugar al fútbol de manera profesional para regresar a Italia y reencontrarse con su hija.
El mediocampista habló de el complejo Pedro Pompilio junto al presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, y agradeció por los meses que pasó en Buenos Aires: “Yo dejo una parte del corazón acá. Saben como es jugar en Boca, lo que significa jugar en La Bombonera y estar en este vestuario”. “Mi aventura fue mágica”, agregó.
De Rossi, quien antes de viajar hacia la Argentina sólo había vestido la camiseta de la Roma de la Serie A, dejó en claro que el motivo es personal y no hay ningún conflicto con la nueva dirigencia: “Siento al necesidad de acercarme a mi hija y a mi familia. Yo la extraño y ella me extraña. No hay nada atrás, están saliendo noticias que me peleé con Román (Riquelme), con otra gente, con la nueva dirigencia. Tuve la suerte de trabajar con ellos estos días, me mostraron cariño, pero la decisión es definitiva”.
Según contó, la decisión la tomó hace unos días y se la había comunicado a algunos de sus compañeros del plantel, entre ellos Carlos Tévez. Incluso, bormeó con que se realizó el chequeó médico sabiendo que no sería parte del grupo.
El campeón del mundo con su seleccionado en Alemania 2006 remarcó la necesidad de reencontrarse con su hija: “No quiero entrar en detalles. A los 14 años una nena necesita a su padre cerca. Ella no corre peligro, no tengo que ir a salvarla”. Ante la insistencia sobre si la dirigencia podía cambiar su decisión, fue contundente: “No necesito ayuda, necesito volver a mi casa (...) Acá estoy muy lejos y es difícil”.
Además, el ahora ex futbolista provocó risas al mencionar una frase que aprendió en este tiempo: “No me gusta vender humo, yo sigo siendo parte de Boca. Seguro voy a volver y voy a seguir viendo los partidos con amigos”, sostuvo, al tiempo que aclaró que a pesar de su retiro seguirá vinculado al deporte que más ama.
“Me gustaría estudiar, aprender cosas en este mundo. Voy a tener algunos meses de vacaciones y creo que los voy a disfrutar, siempre estando cerca del fútbol. Viendo a los mejores técnicos del mundo, hablando con ellos o simplemente viéndolos. Creo que me gustaría entrenar. Si no es entrenador tal vez me gustaría ser dirigente. El fútbol es mi vida y me voy a quedar cerca de ese mundo”.
De Rossi, de 36 años, llegó a Boca a mediados de 2019 para reforzar al equipo entonces dirigido por Gustavo Alfaro y club presidido por Daniel Angelici, a quien agradeció. En este tiempo apenas pudo disputar siete partidos y marcó un gol, ante Almagro por Copa Argentina. Lamentablemente para él, las constantes lesiones musculares le jugaron en contra y no pudo vestir la camiseta azul y oro tanto como se esperaba. “Me hubiese gustado jugar hasta los 50 años porque el lugar en donde lo estoy haciendo es mágico”, insistió.
El ex mediocampista que jugó más de 15 años en la Roma destacó a Alfaro en conferencia de prensa: “Remarco su profesionalidad, cariño y respeto. Siempre me mostró respeto él y su cuerpo técnico. Es un hombre que dio todo desde el primer día hasta el final”.
Por último, el italiano que había iniciado la pretemporada sin inconvenientes dejó un mensaje para todos los argentinos que están en el exterior: “En Europa se piensa que Argentina y Buenos Aires son peligrosas que no se vive bien (...) Los argentinos tienen que mandar una imagen distinta afuera, porque son un pueblo, un país del que hay que aprender muchas cosas. Hay gente con un corazón enorme aquí".
En horas de la mañana de este lunes, había ocurrido un nuevo episodio que sumó a la incertidumbre en torno de la presencia del italiano en el plantel xeneize de cara a las múltiples competencias que el equipo tendrá en 2020. El grupo que conduce Miguel Ángel Russo fue citado para entrenar por la mañana en el predio de Ezeiza, pero De Rossi se retiró temprano, antes que el resto de los jugadores. El ex futbolista de la Roma abandonó la práctica en horas del mediodía, antes de la finalización de los trabajos, y se fue del lugar manejando su propio auto.
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