Cómo es la vida del plantel de River en San Martín de Los Andes: los detalles y los secretos de una preparación diferente

Marcelo Gallardo pisa el césped del Loi Suites Chapelco, un hotel ubicado en un complejo de 266 hectáreas, y al levantar la vista se encuentra con imágenes de encanto, un regalo para los ojos: la cordillera de los Andes, con sus cerros y esa majestuosidad que la vuelve imponente. Desde otros ángulos, el volcán Lanín y el cerro Chapelco exhiben sus bellezas imperecederas. Cerquita de allí, sobre la ruta 40, el lago Lácar cautiva con su simpleza y con ese aire puro que jamás lo abandona a su alrededor, como si fueran una sociedad armada a la perfección por la naturaleza. La pretemporada de River en San Martín de Los Andes tiene el encanto de los amores que recién nacen, la calma que le da la lejanía del centro de una ciudad de menos de 40.000 habitantes (el búnker está a unos 17 kilómetros) y la ventaja de contar con luz natural hasta después de las 21.30, lo que facilita la realización de tres turnos de entrenamiento por jornada en caso de que Gallardo así lo disponga.

Serán un total de siete días de trabajos intensos aquí, desde el viernes que pasó y hasta el próximo, ya que el sábado irán hasta Maldonado, en las afueras de Punta del Este, para jugar el único amistoso previsto hasta el momento: ante Nacional de Montevideo, un club caro a los afectos de Gallardo pues allí se retiró como futbolista y comenzó su carrera de director técnico, en ambos casos como campeón. La grata costumbre que lo acompaña desde sus inicios como entrenador, en definitiva: en River ya cosechó once títulos, siete a nivel internacional y cuatro copas nacionales.

El gen competitivo y ultra exigente del “Muñeco” tiene pendiente una conquista: la de un campeonato de Liga. Y aquí, en la Patagonia, River procura darle forma a la puesta a punto que lo conduzca a la obtención de uno de los dos logros que le faltan a Gallardo: la Superliga (el otro, mucho más ambicioso y difícil de conseguir, es el Mundial de Clubes).

Las vacaciones fueron breves y la pretemporada también lo será, con apenas dieciséis días de trabajo antes del debut oficial: el 19 de este mes visitará a Independiente en el clásico que tienen pendiente porque River debió jugar en Lima la final de la Copa Libertadores que perdió increíblemente ante Flamengo. En caso de ganar en Avellaneda, River llegará a la punta de la Superliga junto a Argentinos Juniors, a siete fechas para el final. Luego deberá jugar ante Godoy Cruz (visitante) Central Córdoba de Santiago del Estero (local), Unión (V), Banfield (L), Estudiantes (V), Defensa y Justicia (L) y Atlético Tucumán (V). Podrá dedicarse de lleno a la Superliga pues en la Copa Libertadores recién debutará el 4 de marzo, una vez finalizado el campeonato local, ante Liga de Quito en Ecuador.

Todos los jugadores llegaron aquí en una buena forma física pues Gallardo, tras la obtención de la Copa Argentina ante Central Córdoba de Santiago del Estero, les pidió que hicieran el esfuerzo de mantenerse en forma por su cuenta durante las vacaciones. Por eso todos se entrenaron de manera particular con un esquema de trabajo que les dejó Pablo Dolce, el preparador físico principal del plantel. Gallardo los quiere a todos rápidos e intensos como siempre, ya de entrada. Por ello, la pretemporada tendrá menos cargas físicas que de costumbre: será más una puesta a punto, un acondicionamiento para intentar que el regreso a la actividad sea con lucidez física, futbolística y mental.

En menos de 45 días, River jugará ocho partidos por la Superliga, que finalizará el 1 de marzo. Por eso las tareas combinan el aspecto físico con el futbolístico ya desde ahora: la pelota falta pocas veces en los movimientos que el plantel realiza en el enorme campo abierto del hotel y en la cancha del campo de polo El Desafío, que queda a menos de tres kilómetros de la concentración y que fue acondicionada especialmente por un ingeniero agrónomo y por el gerente de infraestructura del club, enviados aquí por River con una semana de anticipación.

En el Loi Suites Chapelco, la cancha de golf, de dieciocho hoyos y en la que Gallardo ya avisó que tiene ganas de jugar, fue la primera diseñada por el estadounidense Jack Nicklaus, una gloria de ese deporte.

La ciudad vive la presencia del River más ganador de la historia con una mezcla de sensaciones: orgullo por recibirlo, respeto por los tiempos de trabajo (todavía no se confirmó el día en que el intendente, Carlos Saloniti, los declarará visitantes ilustres) y alegría, en este caso la que sienten los hinchas “millonarios” que viven aquí o que incluso programaron sus vacaciones en San Martín de Los Andes para estar cerca del equipo. César Mendoza, por caso, es un porteño de 26 años que llegó junto a otros dos amigos, “gallinas como yo”, afirma mientras hace guardia en la puerta de ingreso al complejo Chapelco Suites para ver la salida de Ponzio, Armani, Enzo Pérez, Pratto y compañía hacia el entrenamiento en el campo de polo “El Desafío”. Alto y rubio, Mendoza fue uno de los más de 24 mil hinchas que el viernes le dio una calurosa bienvenida al plantel. ”Yo también quedé sorprendido por la cantidad de gente que hubo. Fue terrible. Y después nos quieren hacer creer que Boca es la mitad más uno”, expresa, chicanero.

Alejandro Apaolaza, secretario de Turismo de San Martín de Los Andes, no duda en calificar a la presencia de River como “la mejor manera de comenzar el año en nuestra localidad”.

“Nos da prestigio haber sido elegidos por una institución como River para la pretemporada. Estamos apostando para tratar de estar a la altura de todas las necesidades de River y que en todo el mundo vean que podemos recibir no solo turismo de ocio, sino también de incentivo y corporativo como es el caso del de la pretemporada de River”.

El plantel ya recibió invitaciones para realizar distintos paseos y excursiones turísticas, así como también actividades de aventura en las montañas y también programas acuáticos, pero por ahora no hay ninguna salida confirmada.

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