Por ahí andan unos chicos jugando al fútbol. Claro, a qué otro deporte iban a jugar en Gualjaina, un pequeño pueblo de poco más de 1.000 habitantes ubicado en la meseta central de Chubut, en el Sur argentino.
Uno de esos niños que soñaban con saltar a la fama desde la Argentina profunda fue Eulalio Muñóz Junior. Su nombre, en honor a su padre, se posicionó entre los más destacados de la maratón sudamericana en este 2019 que se despide.
Y lo hizo en el año que empezó a correr los poco más de 42 kilómetros de distancia que tiene la disciplina. Sí, aunque parezca mentira, este fanático del River de Marcelo Gallardo no siempre fue maratonista. Todo lo contrario.
A los 8 años empezó a jugar en el club del pueblo. El Social, Deportivo y Cultural Gualjaina se transformó en su segundo hogar, y en un espacio donde podía intentar copiar todo lo que veía de su ídolo en revistas viejas detenidas en el tiempo.
“Me esforzaba mucho para parecerme o tratar de jugar como él”, le dijo Coco -como lo apodan sus amigos y conocidos- a Infobae. Ese “él” Al que se refiere es ni más ni menos que Maradona. “Yo lo amaba a Diego, hasta que apareció Messi y me cambió todo”, agregó.
Así fue que, hasta hace menos de una década, Eulalio intentó transformarse en jugador de fútbol. El cierre del único club deportivo en el pueblo no fue la mejor noticia: tenía 16 y su sueño sin cumplir. Pero ese mismo año, el destino lo sorprendió.
“La verdad, mucha idea de correr no tenía. Lo hacía más que nada para mantenerme en forma para poder jugar a la pelota. En 2011, me invitaron a correr una carrera de 5 kilómetros en Esquel. No me di cuenta y corrí la de 21 km, y la gané”, recuerda Muñóz desde el mismo lugar donde su historia como maratonista tuvo su primera prueba testigo.
Tras participar en competencias locales en la modalidad cross country -carreras en circuitos naturales, no urbanos- y de medio fondo para ganar dinero que le permitIERA seguir programando su carrera deportiva, esta temporada fue la señalada por Eulalio y su entrenador, Rodrigo Peláez, para dar el salto.
El primer aviso de Muñóz fue en el Maratón de Buenos Aires. En el mismo que Joaquín Arbe, otro chubutense, logró la marca olímpica para Tokio 2020, Coco le pisó los talones y se quedó a nada de las 2 horas, 11 minutos y 30 segundos, el registro necesario para los varones que quieran ser protagonistas en la prueba de los próximos Juegos Olímpicos.
“A los pocos minutos de la llegada, mi entrenador me agarró y me dijo: ‘La marca está en tus piernas’”, cuenta Eulalio, quien pudo sostener su puesta a punto en este 2019 gracias a que, además de entrenarse, trabaja de lunes a viernes en Esquel.
“Tengo mi empleo fijo en la Municipalidad y con eso puedo solventar los gastos. Pedimos un préstamo para poder participar de Rotterdam, a principio de año, y para el viaje a Valencia nos apoyaron económicamente”, dijo el maratonista, que sumó una preparación especial: viajó a los 3.200 metros de altura en Huancayo, Perú, para trabajar con el mexicano Rodolfo Gómez Orozco, ex atleta olímpico.
El pasado 2 de diciembre fue la fecha señalada en el calendario. En la Maratón de Valencia, el atleta argentino de 24 años terminó en la posición número 29, gracias a un registro de 2h11m23s, siete segundos menos de los necesarios para asegurarse un lugar en los próximos Juegos Olímpicos.
“La llegada en Valencia fue uno de los momentos más lindos de mi vida. Lo festejé con mucha euforia, diciendo algunas malas palabras jeje. Cuando vi la marca, me abracé a mi entrenador y cuando caí, me puse a llorar solo, con una emoción muy grande”, relata Eulalio de aquel domingo inolvidable.
De querer ser como Maradona a lograr una marca olímpica en su primer año como maratonista. Eso pasó en la vida de Muñóz Junior, quien le contó a Infobae la particular forma que se enamoró del olimpismo. "Los Juegos Olímpicos me gustan desde que tengo uso de razón. No tenía televisor en mi casa e iba a la casa de mis vecinos para ver las competencias”.
¿Cómo es la situación de Eulalio a la espera de conocer si tendrá su lugar en la maratón de Tokio 2020? “Hasta mayo tendremos que esperar la confirmación de la marca porque es cuando cierra la clasificación. Hasta el momento hay 79 de los 80 atletas con marca mínima”, analiza el deportista en diálogo con Infobae.
Más allá de la espera, Coco no puedo dejar de pensar en lo que significaría ser parte del mayor evento deportivo del planeta en la capital de Japón. "Va a ser algo único, estar con los mejores de Argentina y del mundo. Voy a disfrutarlo al máximo, sacarme fotos con todos los que pueda. Va a ser un sueño cumplido”.
El cambio valió la pena. Dejar la pelota para dedicarse a correr fue una jugada que le salió de 10 a Eulalio Muñóz Junior. Pero, ¿cómo se adaptó a tamaño cambio de vida? "Cuando me mudé de Gualjaina me fui templando. En Esquel corre muchísimo viento y, sumado al frío, creo que eso me hizo más fuerte para soportar las cosas. El correr me hizo ser responsable y disciplinado”.
La familia de Coco disfruta de su felicidad. A pesar de tenerlo lejos, todos fueron a buscarlo para celebrar la marca olímpica. Lo mismo sucedió en la Escuela 780 de su ciudad natal con toda la comunidad, que lo esperó con banderitas de Argentina para agradecerle su contribución para que todos conozcan que en la Argentina profunda también hay historias que contar.
Eulalio cree en la religión de la superación. En dar todo para alcanzar el objetivo. Tal vez, en esas hojas amarillentas de la revista El Gráfico donde veía a Maradona dejar todo por la camiseta de la selección argentina, forjó una forma de consumir la vida.
“La actitud es lo mejor que uno puede tener. Dependiendo de ello, vas a lograr lo que te propongas”. Con ese pensamiento logró, en el año de su estreno como maratonista, ser uno de los elegidos para competir en los Juegos Olímpicos.
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