Barcelona y Real Madrid empataron sin goles en el Camp Nou. El juego correspondiente a la fecha 10 de La Liga española fue epicentro de protestas por parte de independentistas en la previa e incluso durante el cotejo.
El reclamo catalán se vio muy marcado cuando el amarillo y el rojo invadieron las gradas, mientras que las pancartas de “España, siéntate y habla” se leyeron en todo el estadio. En tanto, en la segunda mitad, el árbitro tuvo que detener el cotejo ante la invasión de más de 50 pelotas amarillas, que representaban los heridos en las protestas por la independencia de Cataluña en octubre.
La imagen de Lionel Messi no estuvo exenta a los reclamos. En la previa, la seguridad del Barcelona requisó caretas con el rostro de La Pulga que contenía además de los seis balones de oro recientemente ganados, las banderas de Cataluña y el Barça y el mensaje “Único en el mundo, Força Barça”. Las mismas terminaron en un contenedor de basura por “órdenes directas del club”, según explicó un aficionado a EFE.
A propósito de ello, la organización Tsunami Democràtic emitió un duro comunicado en Twitter con críticas hacia la dirigencia azulgrana. “¿Dónde queda la libertad de expresión presidente Josep Maria Bartomeu? Estos hechos contradicen lo que se dijo públicamente. ¡Esto es censura!”, lamentaron.
En lo que respecta al partido, Lionel Messi no tuvo una actuación descollante, pero sí pudo destacarse por sobre el resto de sus compañeros. Ter Stegen y Rakitic fueron los otros futbolistas que redondearon una labor aceptable.
¿Lo más saliente de La Pulga? Un gol que no fue porque Sergio Ramos despejó la pelota desde la línea, una magistral asistencia para Jordi Alba, quien definió mal frente al arco, una gran escapada que luego no llegó a conectar un pase de Luis Suárez.
En el complemento, el rosarino recibió una dura infracción de Casemiro, se perdió un gol tras un yerro increíble. Esta acción se viralizó y muchos hicieron hincapié en que finalmente Messi “es humano”.
Sobre el final, Leo volvió a padecer una infracción dura, esta vez del capitán del Madrid Sergio Ramos, y cerró el juego con una corrida que humilló a Luka Modric, aunque luego no se entendió con Luis Suárez.
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