River cerró el año a puro festejo tras golear a Central Córdoba por 3 a 0 y consagrarse campeón de la Copa Argentina por tercera vez en su historia. El Millonario consiguió el undécimo título en la era de Marcelo Gallardo al frente del equipo y además se clasificó directamente a la zona de grupos de la Copa Libertadores 2020. Sin embargo, durante aquella noche en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, hubo un momento tenso entre el Muñeco y Rafael Borré cuando el DT decidió reemplazarlo.
El elenco de Núñez ya ganaba 1-0 gracias a un golazo de Ignacio Scocco en el primer tiempo, cuando a los 20 minutos del complemento el colombiano tuvo en sus pies una clara jugada para aumentar la ventaja en el marcador, pero falló en su intento de gambetear al arquero Diego Rodríguez. Esa jugada puntual fue un claro resumen del desempeño de Borré a lo largo del encuentro, un tanto impreciso y sin demasiado protagonismo. Fue así que el entrenador, de 43 años, decidió llamar a Julián Álvarez y reemplazar al ex Villarreal y Deportivo Cali.
Al ver su número en el cartel luminoso, el delantero no pudo contener el gesto de fastidio. Primero quiso retirarse por el lugar más cercano a la línea de cal, pero Gallardo lo obligó a salir por la mitad de la cancha para que saludara a su compañero. Una vez fuera del campo de juego, Borré se mostró en desacuerdo con su salida e inmediatamente recibió el reto por parte de su DT. “¡Cabeza arriba!”, le repitió por triplicado Napoleón a su dirigido mientras se acercaba a saludarlo.
Borré se metió al banco de suplentes muy enojado, con gritos de bronca y golpeando el techo del mismo, ante lo cual Gallardo volvió a reaccionar contra él. “Ey, no me agaches la cabeza. Ey, ey, Rafa, tranquilizate, hermano. ¡No me agaches la cabeza, la puta madre! Pensá en el equipo, pensá en el equipo”, vociferó el estratega de Núñez en un tono elevado para calmar a su futbolista.
Claro que la situación quedó ahí y el resto es historia. El Muñeco no se equivocó en la variante, ya que el joven Álvarez marcó el tercero para decretar el triunfo de la Banda.
Ya en el momento de los festejos, el cafetero fue consultado por el cruce con el Muñeco y aclaró lo sucedido: “Es normal, uno nunca quiere salir. Ya lo hablé con Marce y me entiende por las ganas que tenía de hacer un gol”.
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