Hubo cientos, miles de historias durante toda la jornada del domingo en el que se celebraron las elecciones en Boca. Los socios expresaron su sentimiento al club con una concurrencia masiva y récord. Y una muestra gratis de esa fidelidad se vio reflejada en Mario Ellerio, de 79 años.
A los 8 años empezó a visitar a menudo el club junto a su tío, uno de los responsables de su incontenible pasión. “Boca es muy importante para mí. La mayoría fueron alegrías... (se quiebra) Estoy muy contento con Boca, es una parte muy importante de mi vida”, le confesó a Infobae, con la voz entrecortada de la emoción, uno de los últimos fanáticos que se acercó a la carpa montada al lado de la Bombonera.
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Con casi ocho décadas en el lomo, no se quiso perder esta cita fundamental en la vida institucional de Boca. Llegó acompañado de tres auxiliares, en silla de ruedas, por un problema en su rodilla izquierda (no puede flexionarla en su totalidad). Su mujer supervisó cada movimiento y le dio apoyo para que se incorporara camino al cuarto oscuro.
Mario Ellerio, con 60 años de socio (30 como activo y 30 como vitalicio), fue uno de los más experimentados en el recinto: “No puedo doblar bien la rodilla pero después estoy bastante bien. Hoy no podía faltar. Tuve la suerte de que me ayudaron, estoy agradecido por todo. Me dieron una mano en el club, excelente se portaron”. Y acotó: “Esperemos que si hay cambios sean positivos y, si no los hay, que se siga de la misma manera. Mucho no me puedo quejar”.
El veterano simpatizante azul y oro se mostró conforme con los tres candidatos que se presentaron y dio detalles de lo relevante que es Boca en su vida cotidiana: “En lo cotidiano siempre me informo sobre Boca, es deporte, pero es algo importante y clave. Yo tengo a mi familia y, aunque no tengo hijos, tengo a Boca. Es lo que más tiempo ocupa en mi vida eso hoy”.
Mario también marcó cuándo fue el quiebre con Boca en su vida y, como un tiro por elevación, chicaneó a River: “En el 49 estuvimos a punto de descender y sufrí mucho. Ahí me terminé de dar cuenta de lo importante que era el club para mí. Recuerdo que mi madre me decía ‘Boca no va a descender, ningún grande desciende’. Y por suerte nos salvamos”.
Después de hablar con este medio, Ellerio se montó en su silla de ruedas y recibió el reconocimiento de todos los que permanecían en la carpa de los comicios, sobre el cierre de las 18 horas. Hubo aplausos, lágrimas en sus ojos y un puño alzado de victoria.
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