La charla íntima entre Gallardo y los jugadores de River tras perder la final de la Copa Libertadores ante Flamengo

Qué se dijeron el técnico y sus dirigidos en un vestuario destrozado anímicamente en el Monumental de Lima

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Soccer Football - Copa Libertadores - Final - Flamengo v River Plate - Monumental Stadium, Lima, Peru - November 23, 2019  River Plate coach Marcelo Gallardo    REUTERS/Pilar Olivares
Soccer Football - Copa Libertadores - Final - Flamengo v River Plate - Monumental Stadium, Lima, Peru - November 23, 2019 River Plate coach Marcelo Gallardo REUTERS/Pilar Olivares

Como un padre con sus hijos en un momento de dolor, Marcelo Gallardo no los quería dejar solos. Estiró todo lo que pudo su ida a la conferencia de prensa posterior a una de las caídas más dolorosas en la historia de River: la Copa Libertadores y el primer bicampeonato de América para el club estaban a dos minutos más el descuento de quedarse en Núñez y en ese final impensado el que terminó festejando fue Flamengo. Abatido, el vestuario interrumpió su silencio de hospital solo cuando el técnico les dio un emocionado discurso a sus jugadores con un tono de voz resquebrajado por la circunstancia.

Los futbolistas recién volvieron a hablar entre ellos cuando llegaron al Swisshotel para la cena, según pudo reconstruir Infobae. Allí los que tomaron la palabra para intentar levantar el ánimo del resto fueron especialmente Leonardo Ponzio y Javier Pinola, los capitanes del equipo.

“Devastado”, fue la palabra que más usaron los futbolistas al hablar por WhatsApp con sus seres queridos, la mayoría de los cuales estuvieron en el Monumental de Lima. La novia de Bruno Zuculini, quien es diseñadora, mandó a confeccionar unas camperas de jean de color crema con el apellido de cada jugador en la espalda escrito con argollas para que las lucieran las mujeres de todos los futbolistas. Así se las vio en una de las plateas del estadio y así siguieron hasta entrada la medianoche, cuando muchas de ellas cenaron con familiares y amigos en el restorán del Novotel, donde se alojaron, a apenas 150 metros de donde sus parejas intentaban dormir y vivían acaso su principal pesadilla deportiva.

“Ahora no hay nada que nos pueda consolar, pero quiero que sepan que me siento orgulloso de ustedes. Hicieron un gran partido y dejaron todo en la cancha. Esto es fútbol y puede pasar lo que ocurrió, pero me siento absolutamente representado por todos ustedes”, les dijo el Muñeco en medio de la desolación anímica que reinaba en el camarín.

Lejos de cualquier reproche por los errores y las desatenciones cometidas en el tramo final, Gallardo prefirió priorizar el muy buen partido que jugó River, superior a su rival durante el 80 por ciento del juego. “Habrá que masticar la bronca y seguir. Nos levantamos de varias y esta no será la excepción. Pero insisto en que estoy orgulloso de ustedes. Orgulloso”, enfatizó el entrenador, palabras más, palabras menos.

Por la chance perdida y no por el juego del equipo, que fue bueno en Lima, el mazazo resultó superior al sufrido en 2017 en la semifinal de la Libertadores ante Lanús, cuando River ganaba la serie 3-0 y se la dieron vuelta insólitamente, un poco porque el VAR esa vez lo perjudicó y especialmente porque cometió fallas que el equipo entonces dirigido por Jorge Almirón supo capitalizar al máximo.

Lucas Martínez Quarta se detuvo a hablar en la zona mixta con el periodista Sebastián Srur, de Radio Continental, y enseguida debió interrumpir la entrevista porque se quebró y no pudo seguir hablando.

Soccer Football - Copa Libertadores - Final - Flamengo v River Plate - Monumental Stadium, Lima, Peru - November 23, 2019  River Plate's Javier Pinola looks dejected with team mates after losing the final  REUTERS/Guadalupe Pardo
Soccer Football - Copa Libertadores - Final - Flamengo v River Plate - Monumental Stadium, Lima, Peru - November 23, 2019 River Plate's Javier Pinola looks dejected with team mates after losing the final REUTERS/Guadalupe Pardo

Luego de la final, la mayoría de los futbolistas regresaron al hotel con los ojos vidriosos. Entre los más apesadumbrados, al menos a golpe de vista, estaban Martínez Quarta, Javier Pinola, Gonzalo Montiel, Exequiel Palacios, Enzo Pérez y Lucas Pratto. Al Oso, justamente, se le notaba una mezcla de tristeza y contrariedad con él mismo por haber perdido casi en tres cuartos de cancha la pelota que derivó en el empate de Gabigol, previa apilada perfecta de Bruno Henrique y posterior asistencia de Giorgian De Arrascaeta. “Pratto no podía parar de llorar después de la cena. Fue muy feo ver así a un compañero que siempre está tirando para adelante”, comentó uno de sus compañeros acerca de la larga madrugada posterior al 2-1 en contra.

La recepción que el público de River les dio el domingo en el Monumental -calurosa, agradecida, una caricia al alma- sensibilizó a la mayoría, de manera que las emociones volvieron a estar a flor de piel exactamente 24 horas después de la final perdida.

(Télam)
(Télam)

El cuerpo técnico y el plantel valoraron sobremanera el gesto de la gente, que fue al estadio a apoyarlos aun con ese dolor indisimulable en el pecho.

Ahora Gallardo intentará regenerar los tejidos anímicos del grupo para tratar de que el golpe sufrido en Lima no se traslade a los próximos resultados: antes del receso de fin de año, el equipo deberá jugar la final de la Copa Argentina ante Central Córdoba de Santiago del Estero (el viernes 13 de diciembre a las 21.10, en Mendoza) y frente a Newell’s (el próximo sábado a las 21.45) y San Lorenzo (el domingo 8 de diciembre a las 21.45) por la Superliga.

Luego de eso, Gallardo hará el balance anual y definirá si -tal como todo parece indicar- sigue en el cargo por el que tiene contrato hasta diciembre de 2021.

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