Muchos hinchas de River hicieron locuras para poder acompañar al equipo en Lima durante la final de la Copa Libertadores: incluso viajaron arriba de 80 horas en micro para llevar su aliento al estadio Monumental de la capital de Perú. En el otro Monumental, el de Núñez, el hogar de la Banda, otra multitud de fanáticos, representando a los que no tuvieron la posibilidad de trasladarse, se juntó en la confitería para vibrar con la segunda definición al hilo, la primera tras la Superfinal de 2018 ante Boca en Madrid.
Una gran cantidad de socios armó una platea improvisada delante de la pantalla gigante para alentar al plantel dirigido por Marcelo Gallardo. Y edificó una fiesta, que no se opacó por el resultado, el 1-2 que le arrebató la celebración a River. Es que la era del Muñeco (que comenzó a mediados de 2014) lleva diez títulos y jugará otra final el próximo 4 de diciembre, cuando buscará la Copa Argentina ante Central Córdoba de Santiago del Estero.
Eso sí, los hinchas se subieron a una montaña rusa en la confitería. Festejaron fervorosamente con la apertura del marcador, se ilusionaron con el rendimiento del equipo y ganó la desazón ante la sorprendente reacción del Mengao en los minutos finales, con el rapto de lucidez de su ariete Gabigol, que hasta entonces había estado apagado. Infobae estuvo presente con su cámara y grabó los vaivenes de una tarde plagada de pasión.
Minuto 14 de la definición. Los ojos quedaron imantados con la pantalla, que mostraron cómo Enzo Pérez estiró la pelota para Nacho Fernández, quien desbordó y se arrojó para enviar el centro. La pelota cruzó el área, rasante y cayó en los botines de Rafael Santos Borré, quien no perdonó. River le ganó 1-0 a Flamengo y la tribuna bajo techo explotó. Hubo abrazos anónimos, un grito unánime y estridente, algunos vasos que perdieron su contenido en el salto. La escena terminó con un “y dale, y dale, y dale River, dale”.
La esperanza se derrumbó en el epílogo. Tras el empate, que derivó de la pelota perdida de Pratto y de varias imperfecciones en el retroceso, hubo lamentos en masa, incluso se pudo ver a un hincha que golpeó la cabeza contra la mesa. Y el 1-2, impensado por cómo se dio el desarrollo, fue un golpe cuyo tenor pudo advertirse en el video. De todos modos, los Millonarios saben que llegaron a la tercera final continental en cinco años. Una marca que marca el impacto de un proceso virtuoso. Que todavía tiene mucho por dar...
SEGUÍ LEYENDO: