Todo River, los hinchas en las tribunas, los futbolistas y el cuerpo técnico en el campo de juego, no podía salir del estupor por el sorprendente epílogo de la final de la Copa Libertadores. Ganaba 1-0 gracias al gol de Rafael Santos Borré, tenía el desarrollo controlado, hasta que los errores le abrieron el apetito a Gabigol. Y festejó Flamengo gracias al 2-1. En ese contexto, apareció el costado más humano de Marcelo Gallardo. En rol paternal, respaldando a sus jugadores, y dejando aflorar sus sensaciones tras el golpe en el estadio Monumental de Lima.
Manos en los bolsillos, mientras sus pupilos miraban al cielo o bajaban la vista al césped y a su alrededor festejaba todo Flamengo, el Muñeco, de 43 años, rumiaba su desazón. Y él, siempre fuerte, en la pose de líder que le permitió ganar diez títulos en los cinco años que lleva su era en Núñez, necesitó respaldo, un hombro donde apoyarse. Evidentemente golpeado, se arrojó a los brazos de Marcelo Tulbovitz, uno de los preparadores físicos de su cuerpo técnico.
Con los ojos vidriosos, pasó varios segundos buscando fuerzas con su colaborador. Luego se apartó, saludó a otros componentes de su equipo de trabajo. Y ya respuesto volvió a su función. Se acercó a Franco Armani, afectado por la caída, le dio un beso, le hizo una caricia y tomó su rostro con las manos en sus mejillas. Luego, fue hacia Gonzalo Montiel, uno de sus soldados preferidos. El defensor, surgido de la cantera de River, lloraba desconsoladamente. El Muñeco lo abrazo y le susurró en continuado, intentando confortarlo. La imagen fue fuerte y se viralizó rápidamente.
Más allá del dolor, River dejó un par de gestos para resaltar. Por ejemplo, el club le envió un mensaje al vencedor a través de las redes sociales: “Felicitamos a Flamengo por la obtención de la Copa Libertadores 2019”.
Y el plantel y el cuerpo técnico saludó al Fla en el campo de juego. Es más, el Mengao reconoció el comportamiento y el juego de su rival; incluso el técnico Jorge Jesús le pidió al público un aplauso para el Millonario. Y los futbolistas subieron al escenario para buscar sus medallas y se las dejaron puestas. “Los jugadores tienen que estar con el pecho arriba y con la cabeza arriba, porque hicieron muy buen partido. Hay que saber perder con hidalguía; es lo que les pedí a mis jugadores. llegar hasta acá no es fácil”, concluyó el Muñeco en conferencia.
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