Una frase popular dice que “la vida te da sorpresas”. Pero en la Argentina, lo que suele dar sorpresas es la Justicia: a casi un año del bochorno de la final frustrada ante Boca por la Copa Libertadores, la jueza Patricia Larocca decidió nulificar el requerimiento de juicio contra los barras, empleados y dirigentes de River involucrados en el tema y volvió la causa a fojas cero. Ahora el fiscal Norberto Brotto tiene cinco días hábiles para insistir en su planteo o, en caso contrario, aquí no ha pasado nada. Lo que sería gravísimo, porque aquí ha pasado de todo.
La pelota se la tiran entre el juzgado y la fiscalía mientras festejan los Borrachos del Tablón y quienes estaban imputados por la institución. Según la resolución de la magistrada, que hizo lugar al planteo de los abogados defensores, el fiscal Brotto no logró determinar qué actividad le correspondió a cada uno en los hechos ilícitos presuntamente cometidos. Esto significa que debe explicar clara y contundentemente el accionar de las personas que quiere sentar en el banquillo y acompañarlo con material probatorio concreto. Cualquiera con sentido común se preguntaría qué más concreto que los 11 millones de pesos entre moneda extranjera, local y bienes encontrados en la casa del jefe de la barra, Guillermo Caverna Godoy, quien es desocupado y sólo hace changas. Que los 300 tickets que tenía en su poder para la barra, que los cinco bolsones con indumentaria oficial del club que se ponían a la venta en forma clandestina, el hallazgo de la doble impresora en el Monumental que se verificó en el allanamiento o las 22.000 entradas que el fiscal asegura no salieron a la venta por canales oficiales. Ni hablar de las escuchas en las que los propios barras están revendiendo localidades. Pero para la Justicia aun con eso no está individualizado quién habría cometido cada delito. Cosas que pasan.
Además, la jueza dejó en suspenso otro pedido de las defensas muy llamativo que alguien podría suponer que debería ser rechazado de plano. Jorge Sandro, el prestigioso abogado de los gerentes de River, planteó que no hay delito porque el artículo 5 de la ley del deporte dice: “Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare de cualquier modo la formación de grupos destinados a cometer algunos de los delitos previstos en esta ley”. Y él afirma que nadie promovió esa formación porque la barra viene ya conformada desde tiempos inmemoriales. Parece insólito pero el planteo no fue rechazado de plano. Es más, Sandro y el resto de las defensas insiste a partir de ello en que acá como mucho lo que hay es simplemente una contravención, la reventa de entradas, que está penado como máximo con apenas 30 días de arresto redimibles por multa de 50.000 pesos. Si todo termina así, la lucha contra las barras y la corrupción en el fútbol habrá dado un gigantesco paso para atrás.
“Nosotros hicimos una investigación ejemplar, pero la jueza pide más detalles y los vamos a realizar. Acá se descubrió que había tickets nominados para gente fallecida, descubrimos cosas insólitas como entradas con documentos de cambio de sexo y hasta el de un jugador de Ascenso que no podía estar al mismo tiempo participando de un partido oficial y en el estadio de River. Además encontré que el 27% de los tickets no salieron a la venta por el canal oficial, y esa cantidad es imposible que haya ido a protocolo. Me voy a tomar los cinco días y voy a pelear la calificación con una descripción precisa de todo lo acontecido. Esto no puede terminar en una simple contravención”, asegura el fiscal Brotto a Infobae. La causa debía iniciar su juicio este mes con nueve acusados, incluidos el famoso Caverna Godoy, y ahora quedó en veremos.
La decisión se da además en el marco del recalentamiento de la interna de los Borrachos del Tablón por el mando de la tribuna. La facción disidente formada por los grupos de Moreno, Merlo, Constitución, la zona Oeste del Gran Buenos Aires y los autodenominados Patovicas logró hacerse fuerte desde el 18 de septiembre, cuando irrumpió con fuerza en el partido de Copa Argentina frente a Godoy Cruz jugado en la cancha de Lanús. Ese día fue apresado el grupo de Budge que intentó emboscarlos y eso produjo un debilitamiento de la facción oficial. Así, la disidente también se dejó ver en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza en el partido de cuartos de final de esa misma Copa frente a Almagro y el sábado pasado, en el estadio Ciudad de Mar del Plata, adonde arribó en tres micros, hizo base en el Parque Camet y desplegó su fuerza en la cabecera de la tribuna visitante en el triunfo contra Aldosivi. Y ya avisaron que harán lo mismo en Córdoba el jueves próximo, cuando River juegue la semifinal contra Estudiantes de Buenos Aires en el estadio Kempes de Córdoba. Y aunque la mayoría no puede entrar al Monumental, gobernar el mundo barra millonario tiene su premio mayor en Lima, el próximo 22 de noviembre. La interna es tal que la facción oficial hizo una amenaza a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y al titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte, Juan Manuel Lugones, con un mensaje trucho adjudicándoselo a la facción rival, que la ministra subió a su Twitter. La que no es trucha es la guerra que está declarada y que, si no se para a tiempo, será cada día más incontrolable.
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