La fiscal Mariana Monti comenzó su alegato mientras Pablo Bebote Álvarez miraba fijo. En 40 pacientes minutos desplegó su análisis de la situación que había llevado al barra ante la Justicia. Hubo un momento en el que el líder de los violentos de Independiente sonrió: la propia acusadora admitió que Ariel Holan, el ex DT del club, jamás afirmó haber sido intimidado. Pero esa sonrisa se borró rápido: acto seguido, la fiscal enumeró todos los hechos narrados por los testigos, habló de los factores externos que intervinieron en la presunta tentativa de extorsión, valoró que si bien Holan dijo no tener miedo por él, sí lo tenía por su familia y por su cuerpo técnico, contó que aún hoy vive con custodia policial e hizo el pedido: 4 años de prisión. Esa es la pena que solicitó para el famoso Bebote Álvarez por aquel episodio del 19/10/17, cuándo éste se presentó a la salida del entrenamiento de Independiente en el predio de Villa Domínico acompañado por otros integrantes de Los Diablos Rojos que se movilizaban en motos y un auto, interceptó el vehículo donde viajaba Ariel Holan cuando subía a la autopista y le exigió 50.000 dólares para financiar el viaje de la barra al Mundial de Rusia. Y si bien la acusadora valoró el hecho de que el ex técnico siempre se refirió al capo barra como Pablo, casi en forma amistosa, detalló que el resto de los testigos dejaron en claro que el entrenador estaba nervioso por lo sucedido y por lo que podría pasarle a su familia ya que la frase despedida de Bebote aquel día, tras recibir la negativa sobre el pedido de dinero, fue “ya lo vamos a arreglar en Paraguay”, donde Independiente jugaba a los pocos días por la Copa Sudamericana frente a Nacional.
La querella fue aún más allá. Representada por el estudio Iezzi-Varone, pidió el máximo de la pena prevista para este delito: cinco años de prisión, ya que valoraron no sólo la actuación del barra sino también sus antecedentes. Si bien no tiene ninguno vigente (el último data de 2004), que haya estado condenado en otras oportunidades y que haya aceptado ser el referente de la barra del Rojo fue para Varone un agravante. “No se puede dejar de lado la configuración de la personalidad del acusado. Es una persona que ha demostrado ser violenta, tanto que tiene derecho de admisión para ir a los estadios y además es el jefe de una barra que en otra causa ha sido elevado a juicio como organizador de una asociación ilícita. Que nuestro defendido no haya dicho en forma taxativa que lo extorsionaron, no significa que el delito no está probado: todos los testigos afirmaron que se sintió amenazado no sólo los que estuvieron presentes en el hecho sino también con los que almorzó después. Es más, Ariel admitió que otras veces colaboró con la hinchada para comprar globos, pagar micros o ir a las peñas. Pero él no iba a darles 50.000 dólares y cuando lo comunicó, todo se volvió agresivo”, afirmó Victor Varone a Infobae.
La defensa encarada por los abogados Rubén Reznik y Alejandro Pérez tuvo una posición absolutamente distinta. Hicieron foco en dos cuestiones: la primera, la palabra del propio Holan sobre su buena relación con el barra hasta ese día y que aún así en el episodio no se sintió intimidado. La otra, en tratar de demostrar que todo se trató de una maniobra política orquestada desde las máximas autoridades del club con la complicidad del Ministerio de Seguridad Bonaerense para correr de escena a Bebote, quién quería presentarse como candidato a presidente del club. “Holan admitió que él no les paga a los abogados y que no sabe quién lo hace. Bueno, es simple: el estudio Iezzi-Varone trabaja para el Ministerio de Seguridad y nosotros aportamos los contratos. Es insólito, el propio Álvarez con sus impuestos paga a quienes lo acusan, esto es inadmisible. Pero, además, Holan admitió que el pedido de dinero no fue ese día, sino en una reunión anterior y que el técnico dijo que lo iba a hablar con Moyano. Es más, pusieron interlocutores ambos para no quedar expuestos. Ese día de la autopista, lo único que hizo Bebote fue ir a manifestarle que no había cumplido con la promesa, nada más. No hubo amenazas ni nada. Por eso pedimos la absolución”, afirmó Pérez a Infobae.
Con las cartas sobre la mesa, a quien le toca jugar ahora es a la jueza María del Carmen Mora, quien el martes al mediodía dará su veredicto. Bebote, con prisión domiciliaria por la causa de la asociación ilícita, pidió no concurrir a la lectura del fallo. Se enterará por teléfono sobre su suerte. Y ahí se sabrá si vuelve a sonreír, como al comienzo de la audiencia de alegatos, o si se agarra la cabeza, como cuando escuchó a la fiscal pedirle los cuatro años.
SEGUÍ LEYENDO: