River perdió 1-0 ante Boca en la Bombonera, pero gracias al 2-0 en el Monumental, avanzó a la final de la Copa Libertadores. En la revancha de la llave semifinal invirtieron los roles: fue el Xeneize, obligado por el resultado, el que asumió la iniciativa y, con un juego directo y apostando plenamente a la pelota parada, incomodó a su rival y quedó a un gol de igualar la serie. En ese contexto, en un encuentro chato, los mejores valores del partido estuvieron del lado del conjunto de Gustavo Alfaro. En el elenco de Gallardo, los puntales aparecieron del lado de la resistencia.
BOCA
Esteban Andrada (6): un par de salidas apuradas, en su rol de líbero ante un Boca más adelantado de lo habitual. Empujó a su equipo para buscar la hazaña, que no llegó.
Julio Buffarini (4): con mucho empuje para pasar al ataque, pero pobre resolución. Sus centros pocas veces tuvieron buen destino. Cuando De la Cruz se volcó sobre su sector, de a ratos lo padeció.
Lisandro López (6): River no jugó con delantero centro, por lo que le tocó lidiar con la movilidad de Suárez saliendo y entrando. Salió airoso. Y en el área contraria fue una daga, al punto que bajó la pelota en el 1-0 de Hurtado.
Carlos Izquierdoz (7): también debió jugar de a ratos sin red ante el adelantamiento del equipo. Por su sector se volcó más Borré, que estuvo errático. Gran cierre ante Suárez, cuando se marchaba al gol. De lo más destacado del local, por firmeza y personalidad.
Emmanuel Mas (4): mejor en defensa que en ataque. Clausuró su lateral, pero en ofensiva solo aportó alguna incursión aérea, como la acción de pelota parada que le llegó franca, pero se le anticipó Salvio.
Eduardo Salvio (5): su gambeta aportó el cambio de ritmo de Boca, pero ganó y perdió en partes iguales. Le anularon (correctamente) un gol porque le llegó la pelota tras dar en la mano de Mas.
Iván Marcone (6): se hizo cargo de la faz defensiva del mediocampo, en un Boca que se volcó en campo contrario y mostró un rendimiento aceptable.
Agustín Almendra (6): por toque certero y panorama, el mejor de Boca. Intentó encontrar los carriles para lograr profundizar en ataque en un equipo que buscó ser más directo que elaborar. Redondeaba un buen partido, hasta que Alfaro lo reemplazó por Zárate, dejando un único 5 (Marcone).
Alexis Mac Allister (5): clave en la pelota parada, instancia en la que Boca ganó mucho, pero sin pericia ante el arco. Luego, con intermitencias.
Carlos Tevez (5): astuto para encontrar los espacios, generar faltas o ganar en el cuerpo a cuerpo. Le faltó la explosión de antaño para ser decisivo, pero asumió la responsabilidad de líder.
Ramón Ábila (4): buscó fajarse con la defensa de River para oficiar de pivot. Se lo notó falto de resto físico y quedó varias veces en offside, más allá de que exigió. Demoró una eternidad en resolver la acción clarísima con la que contó en el inicio del segundo tiempo. Fue reemplazado por Hurtado.
Mauro Zárate (6): entró y lo primero que hizo fue rematar dos veces al arco (en ambas contuvo Franco Armani). Casi rechaza la pelota en el gol, pero ofreció movilidad e intentó.
Jan Hurtado (6): entró y obligó. Anotó el 1-0 con una arremetida, tras completar el cabezazo de López y la pifia de Zárate.
Sebastián Villa: entró sobre el final y forzó una falta.
Gustavo Alfaro (6): jugó todo a las mejores virtudes de su equipo; el juego directo y la búsqueda aérea. Incomodó a River; tal vez pudo arriesgar un poco antes de que apremiara el cronómetro.
RIVER
Franco Armani (7): gran reacción en la más clara de Boca en el primer tiempo; un rechazo defectuoso de Enzo Pérez, a quemarropa, que envió por encima del travesaño. Salió con los puños de modo vacilante en una acción peligrosa de la segunda etapa.
Gonzalo Montiel (5): enfocado plenamente en la función defensiva. Controló su sector, pero casi no se proyectó. Asustó a todos en el segundo tiempo por un golpe en una de sus rodillas, pero se repuso y volvió al campo de juego.
Lucas Martínez Quarta (6): el mejor de la defensa, bancándose las mañas de Wanchope y no dudando a la hora de ahuyentar el peligro. Como lunar: una falta innecesaria cerca del área, de esas que enojan a Gallardo.
Javier Pinola (5): buen complemento de Martínez Quarta. Supo resolver un par de intentos mano a mano de Salvio. Expeditivo ante el juego directo de Boca.
Milton Casco (5): un par de trepadas con su sello; en una incluso remató al arco con peligro. Lidió con Alexis Mac Allister o Salvio, pero salió airoso. A raíz de que sufrió una sobrecarga muscular, Paulo Díaz lo reemplazó en la etapa complementaria.
Nicolás de la Cruz (5): en grageas, mostró detalles de su desequilibrio, aunque no siempre resolvió bien en la última puntada, sobre todo en situaciones en las que River contragolpeó en igualdad numérica.
Enzo Pérez (5): ordenado, sin tanto juego como en las mejores noches de River. Casi anota un gol en contra: lo salvó Armani. Luego, marcó y sacó mucho.
Exequiel Palacios (5): un par de pinceladas de su calidad, sobre todo en el primer tiempo, en una versión de River que esperó en exceso. Aportó sacrificio.
Ignacio Fernández (4): el mejor del partido de ida, con poco peso en el de vuelta. A River le costó agarrar la pelota y se vio obligado a saltar líneas. En ese contexto, tuvo poca relación con la redonda. Y corrió más de lo que brilló.
Matías Suárez (5): Jugó más por afuera que por adentro; intentó hacer salir a los centrales, pero debió autogestionarse más de lo habitual. Partido con altibajos.
Rafael Borré (4): uno de los más flojos de River. Impreciso, no sacó ventaja cuando los zagueros, pesados, abandonaron el área y en un par de pelotas propicias para lastimar, falló.
Lucas Pratto (5): entró para sacar al equipo con su juego de espaldas y reforzar la pelota quieta. Sacó un par de infracciones, pero perdió ante López en el 0-1.
Paulo Díaz (5): otra pieza que entró para reforzar la resistencia. Apuntó a tapar los huecos, sin pensar en la salida.
Ignacio Scocco: otro ingreso sobre el final, para intentar usufructuar la contra.
Marcelo Gallardo (5): por iniciativa propia o por el planteo incómodo que le contrapuso Boca, su River planchó el partido, con el peligro que conllevaba un descuento en la serie que llegó sobre el final. De todos modos, en los 180 minutos, el Millonario fue más.
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