“Está presente en cada momento. Son las cosas de la vida, a veces es injusto, se fue muy joven. Ha dejado un legado a nosotros como familia y se ha ganado el respeto de la gente con muy poco: ser buena persona y haber dejado todo en la cancha en cada partido”. Fue Juan Ignacio Brown, hijo del Tata, una de las voces cantantes de parte de la familia del ex defensor campeón del mundo con Argentina en México 1986, que recibió el homenaje más conmovedor. La Superliga, a través de Mariano Elizondo, su presidente, le entregó las 24 camisetas de los equipos que disputan el torneo de Primera División, con las que reconocieron al mítico zaguero, que murió el pasado 12 de agosto.
Sucedió a lo largo de la tercera fecha de la Superliga: los 24 capitanes de cada equipo salieron al campo de juego con dos camisetas. Debajo vistieron la que usaron para disputar el partido, mientras que encima llevaron una con un agujero, con la intención de imitar aquella que usó el ex defensor en la final ante Alemania en el Estadio Azteca el 29 de junio de 1986. En aquel encuentro, se lesionó un hombro, y para no salir del campo de juego, se rompió la casaca para inmovilizarlo, simulando un cabestrillo.
Todas esas casacas fueron firmados por todos los futbolistas de cada plantel. Y en el hotel Grand Brizo de La Plata se llevó a cabo la ceremonia de la entrega de los presentes. Allí se dio el discurso de Juani Brown, al borde de las lágrimas. También tomó la palabra Miguel Ángel, hermano mellizo del Tata. “Él quiso esto y luchó por esto. Nada le fue fácil, nada le cayó del cielo. Desde muy chico, en un hogar con muchas necesidades, salió a pelearla. Al mismo tiempo que se entrenaba trabaja en una imprenta. Así fue construyendo su carrera. Esta es una demostración que no tiene precio. Valoro su actuación como futbolista, pero además lo valoro como persona. Estos reconocimientos son inimaginables”, subrayó.
Y estuvieron su ex esposa, su última pareja, sus hijos, nietos y sobrinos. En pantalla gigante, todos los presentes observaron el profundo homenaje de sus colegas en los estadios donde se juega el fútbol grande de nuestro país. “Todos tenemos un destino y el de él fue este. Nuestro orgullo es muy grande”, agregó su hermano. José Luis Brown es eterno.
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