Manu Ginóbili disfruta de sus días de ex basquetbolista. A poco más de un año de que abandonara la actividad que lo transformó en una leyenda de los San Antonio Spurs y de la selección argentina, disfrutó de su familia en vacaciones en continuado (lo que sus íntimos denominaron “Manu en modo avión”); pasó el verano 2019 en Monte Hermoso, el balneario de su infancia; fue homenajeado al retirarse la camiseta con el dorsal 20 en la franquicia texana y acompañó al combinado nacional en el epílogo de su epopeya en el Mundial de China, donde salió subcampeón.
El ex escolta, de 42 años, de a poco va reencontrándose con la actividad que lo entronizó. A fines de agosto, jugó su primer partido de básquet tras colgar las botas (aunque con sus hijos despunta el vicio de lanzar al aro) y, aunque desistió de la oferta de sumarse al cuerpo técnico de Gregg Popovich en los Spurs, reaparició en el AT&T Center para vibrar como un fanático más de un encuentro de pretemporada, en el umbral del inicio de la temporada 2019/2020 de la NBA.
En efecto, el bahiense observó la caída de los Spurs 123-114 ante los New Orleans Pelicans. Y cuando desde la pantalla gigante del estadio convidaron a los fanáticos a alzar a sus hijos tal como lo hizo Mufasa a Simba en la película el Rey León (por eso se llama Simba Cam), la cámara detectó a Manu, que levantó cual trofeo a uno de sus tres niños. Y la filmación fue viralizada por la cuenta de Twitter de San Antonio.
“Ayer tuvimos una aparición familiar en la Simba Cam”, escribieron los Spurs, acompañando el mensaje por un emoji sonriente. Porque aunque se haya retirado, Ginóbili sigue siendo el rey. Y lo remarcó en su reaparición en el hogar del equipo con el que ganó cuatro anillos de la NBA.
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