Su sorpresiva llegada a River se conoció el 3 de agosto de 2017. “Rafael Santos Borré será el quinto refuerzo de Gallardo”, anunciaban los titulares de los diarios y los portales de Internet. Era poco menos que un desconocido para la prensa argentina y mucho más para los hinchas de River, que tuvieron que googlearlo para conocer detalles de ese colombiano que por entonces tenía 21 años y se sumaba como cara nueva junto a Enzo Pérez, Javier Pinola, Ignacio Scocco y Germán Lux. Tapado por delanteros de la talla de Lucas Alario, Sebastián Driussi, Scocco y Rodrigo Mora, el famoso período de adaptación que –según muchos- se necesita para empezar a rendir en River le demandó unos cuatros meses. Su punto de inflexión fue nada menos que en un Superclásico de verano, en enero de 2018, cuando River le ganó 1 a 0 a Boca con un gol suyo en Mar del Plata. Desde entonces, Borré no paró de crecer hasta transformarse en un futbolista muy valorado por Gallardo, quien lo considera titular en un equipo donde no es sencillo lograr esa condición por la fuerte competencia interna que tanto estimula el Muñeco.
En silencio, Borré ya se ubica como el quinto goleador en la “era Gallardo”: suma 29 y está detrás de Alario (41), Gonzalo Martínez (35), Mora (34) y Scocco (32). El domingo dejó atrás en ese listado a Driussi, quien convirtió 28. Más: con los dos goles ante Patronato, superó a Teófilo Gutiérrez y es el tercer colombiano más goleador de la historia de River: Juan Pablo Angel anotó 62 y Radamel Falcao García, 45. Teo está cuarto con 28 y el quinto es Juan Fernando Quintero, con once.
Nacido en Barranquilla el 15 de septiembre de 1995, Borré cerró en la victoria ante Patronato una semana poco menos que perfecta: el martes 1 marcó de penal el gol de la apertura en el 2 a 0 ante Boca, por la primera semifinal de la Copa Libertadores, y el último domingo anotó los dos goles para el triunfo por idéntico marcador frente al conjunto entrerriano, por la Superliga. Esos dos goles lo situaron como uno de los goleadores del campeonato local junto a Bruno Pittón, el lateral izquierdo de San Lorenzo, quien también suma cinco goles.
¿Cómo se dio el desembarco en River de un futbolista ignoto para el fútbol argentino? Gallardo nunca dio precisiones al respecto, pero en los pasillos del Monumental es un secreto a voces que fue el representante Hernán Berman quien se lo recomendó a Enzo Francescoli, manager de River. Berman iba a los entrenamientos del Atlético Madrid para acompañar a Matías Kranevitter, a quien representa, y allí lo vio jugar a Borré, quien venía de estar a préstamo en el Villarreal y no iba a ser tenido en cuenta por Diego Simeone. Borré incluso tenía un preacuerdo para irse a préstamo al Alavés. Entonces Berman le sugirió su nombre a Francescoli, quien le dijo que iba a evaluar la posibilidad con Gallardo.
Después de analizarlo, el Muñeco dio el sí y así fue que Borré llegó al actual campeón de América a cambio de una cifra que generó cierto malestar entre muchos hinchas de River: 3.500.000 euros por la mitad de su pase. A la luz de los hechos, la apuesta le salió bien tanto al técnico como a los dirigentes y hoy Borré es seguido de cerca por muchos clubes europeos.
Debutó en la Primera División del fútbol colombiano con apenas 17 años: fue en Deportivo Cali, en 2013. Por entonces ya simpatizaba con River. Cristian Nasuti, ex defensor del conjunto millonario, supo ser compañero de Borré en el conjunto colombiano y puede dar fe de ello. “Cuando jugamos juntos en Colombia, me dijo que era hincha de River”, comentó Nasuti más de una vez. La corta edad no le impidió destacarse en el primer equipo de Deportivo Cali, con el que fue campeón de la Superliga colombiana 2014 y del torneo Apertura 2015, en el que colaboró con ocho goles para que su ex equipo diera la vuelta olímpica. Esa presencia goleadora lo llevó a formar parte del seleccionado colombiano Sub 20 en el Sudamericano 2015.
Sus buenos rendimientos despertaron el interés de varios clubes europeos y fue el Atlético del Cholo Simeone el que se adelantó al resto y decidió invertir unos 3.000.000 de euros para incorporarlo como una apuesta a futuro. Eclipsado por las figuras del conjunto colchonero, prefirió irse a préstamo al Villarreal, donde tuvo los minutos que Simeone no le pudo dar en el Atlético. En el Villarreal jugó 30 partidos, doce de ellos como titular, entre la Liga, la Copa del Rey, la pre-Champions y la Europa League. Convirtió cuatro goles, pero debió regresar al Atlético.
Desde allí llegó a River y su paso inicial por el club era más bien intrascendente, con escaso protagonismo. Hasta que en la pretemporada que el plantel realizó en Miami en enero de 2018 tuvo una charla con Gallardo que lo llevó a modificar su juego: se volvió un delantero agresivo, casi insoportable para los rivales. Si hasta le agregó a su juego cierta propensión al choque y a los roces al límite del reglamento. Aquel gol contra Boca del 21 de enero en Mar del Plata le abrió la puerta a mayores posibilidades y desde entonces comenzó a sumar cada vez más minutos.
En septiembre del año pasado consiguió lo que parecía imposible: convertirse en el principal delantero del equipo, por encima de Pratto, Scocco y el hoy retirado Mora. Generoso como pocos a la hora del esfuerzo, Gallardo le valora su agresividad, sus diagonales, sus movimientos inteligentes, su voracidad y su capacidad goleadora. También corrigió una costumbre que solía perturbar a Gallardo: la propensión a caer muy seguido en posición adelantada.
Sus compañeros le dicen “El Máquina”. ¿El motivo? Lo cuenta por lo bajo uno de los integrantes del plantel: “Le decimos así porque cada diez palabras que usa, dice ‘Máquina’ o ‘Maquinón’”.
Hoy conforma la delantera ideal para Gallardo junto a Matías Suárez. Pratto y Scocco, los dos de mayor renombre, por ahora son suplentes. Y mientras el colombiano y el cordobés mantengan su nivel, la predilección actual del técnico no se modificará.
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