Sebastián Beccacece vive horas de tensión en Independiente. El triunfo ante Defensa y Justicia por Copa Argentina le había dado oxígeno desde el resultado, pero el rendimiento había exacerbado el disconformismo por parte de los fanáticos del Rojo. Por eso, la victoria 3-2 contra Talleres de Córdoba lo subió a una montaña rusa vertiginosa. Pasó de recibir insultos, a desquitarse con un bolso y desahogarse, junto a su cuerpo técnico, por los tres puntos, que llegaron gracias al gol agónico de Nicolás Figal. Y las formas de su equipo de trabajo terminaron provocando nuevos roces con la platea.
Cuando el micro que trasladaba al plantel llegó al Libertadores de América, algunos hinchas se acercaron y le dedicaron al entrenador algunos insultos y críticas. Beccacece, de 38 años, no respondió a los reclamos. Además, ya en el césped, algunos hinchas le pidieron otra oportunidad para Nicolás Domingo. El orientador, sabiéndose en observación, vivió el partido con intensidad extra.
Tal vez su momento de descarga más evidente se dio a los 42 minutos del primer tiempo, cuando debió reemplazar por lesión a Silvio Romero. Allí, antes de hacer efectivo el ingreso de Sebastián Palacios en su lugar, le aplicó un puntapié a un bolso que estaba junto al banco de suplentes.
El buen rendimiento del equipo, tal vez, el mejor de su era en el Diablo, mejoró el clima en el estadio. Y a 13 minutos del final sacó a Pablo Pérez, tras su primer partido tras la sanción por indisciplina, para hacerle lugar a Benavídez. Los hinchas reconocieron el esfuerzo del ex Boca con aplausos. Pero esa modificación coincidió con la reacción de la T, que gracias a las conquistas de Tenaglia y Godoy alcanzó un empate impensado desde el desarrollo. De la bronca, el ex ayudante de Jorge Sampaoli en la Selección arrojó una botella de plástico.
Allí, Beccacece volvió a quedar en el ojo de la tormenta y reaparecieron los cuestionamientos, a los futbolistas y a la figura del DT. Pues bien, el grito de Figal, en el minuto 91, convocó nuevos roces. El cuerpo técnico festejó el tanto efusivamente y de cara a la platea. Acto seguido, muchos hinchas se subieron al acrílico que separa el campo de los asientos para hacerle saber a Beccacece su descontento con la actitud. Por eso, finalizado el duelo, el entrenador se marchó rápidamente al vestuario. “¿El desahogo del final? Lo grité con la gente, sentíamos esa impotencia y bronca, trabajamos para lo mejor. De a poquito iremos ganando el cariño, el afecto de los hinchas”, se excusó.
Y, así, en un clima enrarecido, Independiente consiguió su tercera victoria consecutiva. Y, si vence a Newell’s en el duelo pendiente, se acomodará a dos puntos del líder Boca. Desde los resultados, un panorama poco afín a lo que se vivió en el Libertadores de América.
OTRAS DEFINICIONES DE BECCACECE
“El equipo tuvo el valor para hacer lo que tenía que hacer. Se reencontró con el público: ganó y jugó bien”
“Tuvimos un rendimiento muy interesante, Estamos contentos con el grupo porque, más allá de que hay cositas que tenemos que ajustar, son detalles”.
“El equipo fue muy dominador, con situaciones, desbordes, juego por dentro, por fuera, pudo cerrar antes el resultado. El 2-2 nos había dejado una sensación de injusticia, de bronca”.
“Hoy llegamos al 65% de los puntos, ganamos 8 de 13, tenemos que ajustar cosas y ser más regulares, por ahí se nos pone la exigencia de la historia de Independiente, pero el equipo de a poco va apareciendo”.
“Sabemos que la historia del club amerita esto, nos vamos contentos y la gente también se va contenta”.
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