“Es un afano, suspendanló…”. Las cuatro mil almas que casi llenaron la platea baja de la Bombonera cantan con toda sus fuerzas. Las Gladiadoras bajan por el túnel hacia el vestuario y reciben todo el amor de un público efervescente por un hecho histórico: Boca acaba de ganarle a River el primer Superclásico femenino oficial de la historia. Y no fue una simple victoria, fue una aplastante goleada por 5-0 en ese escenario que los Xeneizes llaman El Templo.
La calurosa tarde mostró un escenario atípico para un partido de la liga de mujeres ya que en la tribuna solo hubo público local (pudieron acceder únicamente los socios del club local). Esto generó molestias entre la gente de River e, incluso, de los hinchas comunes de Boca debido a que es costumbre que a los encuentros de fútbol femenino se pueda acceder sin restricciones y que los familiares, amigos y amigas de las jugadoras, junto a los simpatizantes de los distintos clubes, compartan los espacios sin divisiones de ningún tipo.
El sector de prensa también mostraba una asistencia inusual. Cientos de periodistas se ubicaron en la platea preferencial donde también se pudo ver a dos figuras del Xeneize que no pudieron ser de la partida por diferentes lesiones, como la mediocampista Camila Gómez Ares y la defensora Cecilia Ghigo. En los palcos, en tanto, hubo espectadores destacados: Ramón “Wanchope” Ábila alentó a sus colegas del conjunto femenino y lo propio hizo el presidente del club, Daniel Angelici.
A las 15, la voz del estadio anunció las alineaciones de los equipos y el clima empezó a parecerse más al de un clásico. En ese momento, la platea baja -la única habilitada para presenciar el encuentro- ya estaba a más del 50% de su capacidad. El resto de los asistentes llegó con el partido ya iniciado. Cuando el locutor nombró a las futbolistas locales, la más aplaudida fue la delantera Yamila Rodríguez. A la hora de dar la formación del rival, solo se escucharon silbidos.
Con el comienzo del encuentro también arrancaron los cánticos, la mayoría de ellos provenientes del torneo masculino y para nada aggiornados a la realidad de un fútbol femenino que muchas veces intenta construir un nuevo imaginario y establecer lógicas diferentes. Las referencias a “los jugadores” (en masculino) y los términos homofóbicos solo fueron acallados por momentos por algunos grupos de hinchas que decidieron no sumarse a ese tipo de expresiones.
La pelota rodaba dentro del campo de juego y Boca establecía su superioridad con actuaciones de jerarquía como las de Florencia Quiñones o Lorena Benítez. La velocidad de Carolina Troncoso y la Insistencia de Yamila Rodríguez en la ofensiva marcaban una diferencia que recién pudo reflejarse en el marcador cuando la capitana, sobre el final de la primera etapa, marcó el 1-0.
En una de las últimas jugadas de la primera etapa ocurrió el hecho que sellaría la suerte del partido: Yamila se lesionó y el entrenador Christian Meloni dispuso el ingreso de Fanny Rodríguez, quien en el semestre pasado vistió la camiseta de River. La delantera cumplió a la perfección con la Ley del Ex ya que, en el segundo tiempo, se convirtió en la figura descollante del encuentro al convertir tres goles y hacer la jugada que derivó en el penal que luego convertiría Fabiana Vallejos.
La potencia con la que Fanny -que es hincha de Boca- gritó los goles le valió, incluso, cruces dentro de la cancha con sus ex compañeras. La arquera Florencia Chiribelo, de hecho, la increpó luego de que la atacante Xeneize celebrara con todas sus fuerzas luego de que le hicieran una falta y la árbitra María Laura Fortunato sancionara el penal en el segundo tiempo.
El “Ole, ole” que había empezado a bajar tímidamente desde las tribunas luego de la segunda conquista, se intensificó con la llegada del tercer, el cuarto y el quinto tanto de la tarde. El pitazo final desató la alegría entre los hinchas que se convirtieron en testigos privilegiados de un hecho histórico y que confían en que Las Gladiadoras -que son el equipo más ganador del fútbol femenino de Argentina, con 23 títulos- puedan recuperar esa corona que se les viene negando desde el 2013.
SEGUÍ LEYENDO: