Quedó confirmado. Este equipo ya no vive a la sombra de nadie, tiene luz propia. Hizo algo mágico, increíble y sorprendente para el básquet mundial. Acá no hay Generación Dorada que cuente. Este equipo pasó a la historia.
El primer cuarto de Argentina fue excelente. Se hizo lo que se tenía que hacer: presionar la primera línea y lograr que Rudy Gobert (figura de los Utah Jazz) no sea un factor fundamental, sobre todo en el rebote ofensivo.
Cambió un poco el ritmo cuando entraron Nando De Colo y Evan Fournier (Orlando Magic), sumado al tiro exterior de Louis Labeyrie. No obstante, Luis Scola entró muy bien en el partido. Nunca supieron controlarlo.
Argentina derrotó 80 a 66 a Francia y disputará su tercera final de su historia
Los de Sergio Hernández jugaron con una tranquilidad impecable en el segundo cuarto, haciendo un trabajo táctico muy bueno, dominando el rebote. No se dejaron dominar físicamente, que era lo que más preocupaba en la previa.
Cuando ellos pasaron al frente el equipo reaccionó de la mano de Gabriel Deck y Luis Scola. Es para destacar la lucha por el rebote, algo esencial en este juego. Argentina jugó en su línea, ¡pero en una semifinal del mundo!
Sobresalieron Facundo Campazzo, sobre todo en la parte defensiva -en ataque no encontró el ritmo, aunque cerró con un triplazo sobre el final del primer tiempo-, Deck y Marco Delía. Pero lo de Luis Alberto Scola es impecable, firmó una planilla al cierre del primer tiempo con unos números tremendos: 13 puntos y 10 rebotes.
El emotivo abrazo entre Manu Ginóbili y Luis Scola
El tercer cuarto siguió en la misma línea, con Argentina atacando continuamente en defensa, estando en todos lados, sin darle opciones a Francia. Estaban sorprendidos, dormidos. Parecían un gigante que le dieron un golpe de sorpresa. No encontraron la forma, no le encontraron la vuelta. Luca Vildoza jugó un período espectacular. Y gracias a algunos tiros abiertos estiramos el marcador, pero la gran diferencia estuvo en la defensa. Fue algo de otro nivel, excepcional.
El cierre del encuentro fue pasional, con muchos errores de ambas partes; pero Argentina siguió con esa dureza en defensa e hizo que Francia nunca lograra volver al partido. Y lo que hizo Luis Alberto Scola hoy lo convierte en el mejor deportista argentino de la historia. Ponerse a comparar ahora es difícil, pero esto es histórico. Es algo que lo diferencia, lo pone a la altura de los deportistas más grandes de la historia.
Los dos triples consecutivos de Luis Scola, claves en el partido
Esto es como pasó en Estados Unidos en 2002. Es un golpe en la mesa del básquet argentino, otra vez. Hay que ponerlo a la par de los grandes acontecimientos, en cualquier deporte. Y esto me lleva a una reflexión: ¿qué pasaría si esta Argentina se enfrentara con la de Indianápolis 2002? Creo que terminaríamos cero a cero.
Ahora el domingo se vendrá España, otra potencia, otro equipo muy complicado, pero con una diferencia: tienen más personalidad, con respecto a Francia y Serbia. Tienen grandes ganadores, ¿pero cómo no vamos a soñar después de todo esto?
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