Fue uno de los primeros en llegar a Estancia Chica. Motivado, antes del entrenamiento, pasó por el gimnasio para trabajar en la rehabilitación de su rodilla derecha (le colocaron una prótesis el pasado 24 de julio). "Estuvo muy metido", según cuentan sus íntimos, en los trabajos tácticos. Y no se quería ir de su nuevo hogar, al punto de que, para seguir congeniando con sus compañeros, decidió quedarse a almorzar.
Maradona vivió a su estilo, con plena intensidad, su primer entrenamiento a puertas cerradas al frente de Gimnasia La Plata. El domingo fue una práctica abierta, una excusa para que los más de 20.000 hinchas que se acercaron al Bosque lo idolatraran. Y el lunes había faltado con aviso, para terminar de conformar su cuerpo técnico y ver potenciales propiedades en el country Abril, adonde se mudará.
"Yo llegué acá, me tiraron la gorra y me vine a Estancia Chica. Los conocía al Pelado Méndez y a Adrián (González), que le pegaba con un fierro, estamos descubriéndonos entre nosotros", describió hoy la situación en el programa 90 minutos de fútbol, por Fox Sports. En efecto, el ex defensor y Gonzalez, el que, según el astro, "le pegaba con un fierro", lo secundaron, junto al preparador físico Hernán Castex, en el entrenamiento. Diego pidió sumar, además, a su sobrino Daniel López Maradona.
Por el momento, tal como describió el Diez, hubo bajada de línea para empezar a perfilar el plan de juego y muchas palabras, para levantar a un equipo que sumó apenas un punto en cinco fechas y está último en la tabla de promedios. "Sabemos lo que nos jugamos, lo hablamos mucho, incluso más de lo que entrenamos", aseguró el DT, de 58 años. Todavía no dio indicios de cuál será la primera formación que se probará el domingo desde las 11 ante Racing en el estadio Juan Carmelo Zerillo. Pero en la intimidad todos saben que existen dos "intocables".
Uno es el arquero, Alexis Martín Arias, una de las figuras de la plantilla. "El efecto que produjo que Maradona esté en Gimnasia fue impresionante. Hubo un cambio de clima en la gente radical", declaró el guardameta, de 27 años, en diálogo con TyC Sports.
El otro es el capitán: Lucas Licht. Fue con el que más habló el día de la presentación. Y hoy, en Estancia Chica, volvió a tener una conversación mano a mano. "Lo tomó como su abanderado", subrayan en el entorno del ex capitán de la Selección.
El lateral izquierdo, de 38 años, fue el primero del plantel con el que tuvo contacto el pasado domingo. "Yo los quiero ayudar. Ustedes me ayudaron a mí y yo los quiero ayudar", le dijo, y rompió en llanto, situación que se coronó en un abrazo. "Lloro", le dijo Licht a uno de sus acompañantes.
"Le dije a Maradona que vamos a estar a muerte con él", aclaró el capitán, al que apodan Bochi, aunque para Maradona ya es el Bocha. El cambio de alias suele mostrar la predilección del Diez por uno de sus jugadores. En Dorados, por ejemplo, a su goleador Vinicio Angulo lo bautizó "Vinicius"…
SEGUÍ LEYENDO: