La imagen del final es elocuente. Argentina le acaba de ganar a Serbia por los cuartos de final del Mundial de básquet en China, en uno de los cimbronazos del torneo. Y mientras los jugadores del banco saltan enloquecidos a la cancha para celebrar con el resto de sus compañeros, él se quedó sentando en su silla. Ese lugar que pocas veces utiliza durante los partidos.
Sergio Hernández no pudo contener la emoción que le generó ver a su equipo, ese que armó desde sus entrañas junto a su cuerpo técnico, ganarle a una de las potencias de este deporte. Tantas fueron las lágrimas que tuvo que usar una de las toallas, que el utilero del equipo les da a los jugadores cuando se sientan en el banco, para secarse la cara.
El que se sumó a la escena de Oveja a puro llanto fue el capitán. Su capitán, Luis Scola, que ya se había encargado de saludar a los rivales y festejar con el resto de sus compañeros la clasificación a las semifinales del torneo, se acercó al banco argentina y saludó al entrenador.
"Fue muy duro, si no te emocionas acá, no lo haces nunca. Estoy súper feliz. Son muchos días de acumulación de tensión y angustia. Mucha ilusión y emoción contenida. Dediqué gran parte de mi vida a este deporte, a la vez que me gustaría que mucha gente cercana esté acá en este momento", dijo Hernández en diálogo con TyC Sports.
"Tuvimos disciplina, carácter, ilusión, rebeldía y audacia. Tenemos jugadores que son bravos en eso. Cuando disfrutan dentro de la cancha, son asesinos. Fue un final de Scola a toda orquesta, con un Pato Garino increíble, todos hicieron un trabajo increíble. La selección no es mía, es de todos", agregó Oveja, minutos después de haber liderado al seleccionado albiceleste a ubicarse entre los cuatro mejores equipos del mundo.
Ya más tranquilo, en la conferencia de prensa para los medios presentes en la ciudad de Dongguan, fue el propio Hernández el que se encargó de recordar lo que le dijo Scola después de un triunfo importante por las eliminatorias mundialistas.
"Un año atrás, Scola me agarró y me dijo: 'Nosotros podemos jugar las semifinales'. Yo le pregunté si estaba seguro. Y él me repitió con seguridad que sí. Eso es Scola, eso describe lo que es Scola", expresó Oveja. Ese partido fue frente a Puerto Rico, en el estadio Cincuentenario de Formosa. Aquel lunes 17 de septiembre de 2018, Argentina sacó de la cancha a los boricuas: triunfó 106-84 para encaminar la clasificación a la Copa del Mundo.
"Creíamos que lo podíamos ganar. Planteamos un marcador alto porque sabíamos que ellos iban a estar en los 88 puntos y no tenemos cómo defendernos. Si queríamos ganar teníamos que estar de 90 para arriba", sentenció en su análisis el DT celeste y blanco.
La anécdota que contó Sergio Hernández sobre el vaticinio que hizo Luis Scola sobre la actuación del equipo en el Mundial
El 4 de la Selección disfrutó la victoria como un niño. A sus 39 años, en su quinto Mundial, el segundo máximo anotador en la historia de la competición volverá a tener dos oportunidades para colgarse una medalla mundialista. "Lo conseguimos porque lo merecíamos", dijo al final del juego ante los serbios.
Y agregó: "Me molesta que la gente siga hablando de milagros, siga hablando de sorpresas, siga hablando de que nadie cree. Les diré, hubo 22 personas que creyeron durante los últimos dos meses que íbamos a estar acá. Esto está lejos de ser un milagro. Aunque respeto que lo piensen, esto no es un milagro. Nosotros jugamos así".
Ahora, de nuevo activo en las redes sociales, Scola se encargó de ir marcando el paso a paso del equipo. El primer objetivo fue pasar la fase inicial. El segundo, asegurar el pase a los cuartos de final. ¿El tercero? Haber logrado una de las dos plazas en juego para América para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Gracias a su aporte, el cuarto objetivo está cumplido. Y va por más. Él y todo el equipo que no deja de ilusionar.
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