Este partido me encontró en un lugar atípico, en pleno viaje. Luego de un evento en Tandil, mientras nos dirigíamos a General Pico, mi ciudad, realizamos una parada en una estación de servicio en Olavarría.
La gente miraba con sorpresa, aunque algunos se animaron a romper el hielo y pedirme algunas fotografías. Apenas tuve la oportunidad, me senté rápidamente en una mesa para ver el encuentro. Llegué justo, pero con el ritmo de juego con el que salió al campo los dirigidos por Sergio Hernández me despertaron al instante.
Argentina dominó totalmente el ritmo del partido en el primer cuarto. Jugó muy bien Facundo Campazzo en el aspecto defensivo, al igual que Patricio Garino contra los aleros polacos, que son muy peligrosos. Nicolás Brussino aportó muchísimo, sumado a un Marco Delia sobresaliente, conectando muy bien con Facu.
No por ser reiterativo, pero el gran mérito del equipo fue el ritmo que se impuso desde el inicio, ante un equipo más lento, pesado y físico. Sin embargo, Polonia logró aguantarlo, ya que no se plasmó la diferencia que hubo en el juego en el tanteador.
En el segundo cuarto la intensidad defensiva no mermó, se presionó sobre el balón. Facundo tuvo descanso y se siguió controlando el juego; incluso sacando una mayor diferencia. El equipo no mermó y evitó caer en esa Campazzodependencia que se vio en la primera fase.
Entró muy bien Gabriel Deck (que ayer no entrenó debido a un traumatismo costal), siendo importante desde la posición de 4 abierto. Muy bien Nicolás Laprovittola, asumiendo la conducción del equipo. Lo de la primera línea fue impresionante. Polonia nunca tuvo un tiro fácil, lo que permitió irse al descanso con 15 puntos de ventaja (42 a 27). Hubo un dominio absoluto.
Polonia amagó en un momento a que lograba acomodarse, pero Argentina respondió con mayor presión, con mayor presencia en el juego, con una enorme primera línea y corriendo el contraataque. ¡Cómo será la intensidad defensiva que están metiendo que hasta Luis Scola cortó un balón –lamentablemente después no puede definirlo-!
Polonia quedó quebrada, se entregó. Y Argentina se autoalimentó, jugando bien en ofensiva, moviendo la pelota y corriendo mucho.
El último cuarto es difícil de analizar. Argentina rotó mucho y esperó a que el partido termine. Jugó bien, pero con un ritmo mucho mas tranquilo.
Argentina hizo todo correcto y lo necesario para no dejarlo jugar a su estilo a Polonia, que llegaba invicto a este partido. La presión de la primera línea fue lo más importante, con Campazzo y Garino. Y obviamente Luis Scola, que merece una columna aparte. El capitán es el mejor ejemplo para que un jugador entienda que lo mejor que pueden hacer es invertir en uno mismo. Trabajó solo antes de la pretemporada junto a un preparador físico. Buscó las condiciones para jugar. Por eso esta como está en el Mundial.
Argentina tiene con qué soñar, pero habrá que ir al partido por los cuartos de final con los pies sobre la tierra. El martes nos vamos a cruzar con una potencia, como lo es Serbia. Habrá que hacer un partido perfecto para que ellos no desplieguen su juego. Esa será la clave.
Son un equipo grande de físico, con mucho oficio. Tienen un gran talento y cuentan con un Bogdan Bogdanović increíble. Hoy perdieron con España, pero creo que son superiores.
Hay con qué soñar, pero con cautela…
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