El 10 de febrero de 2010, en vísperas de la Copa del Mundo que iba a celebrarse en Sudáfrica, una selección local comandada por Diego Armando Maradona derrotó 2-1 a Jamaica en el estadio José María Minella de Mar del Plata. Los tantos de la Albiceleste fueron convertidos por Martín Palermo e Ignacio Canuto y el once nacional alineó a: Nelson Ibáñez; Gabriel Mercado, Mariano Echeverría, Leonel Galeano, Luciano Monzón; Patricio Toranzo, Walter Acevedo, Juan Mercier, Federico Insúa; Franco Jara y Palermo (ingresaron Canuto, Matías Caruzzo, Nicolás Gaitán, Jesús Méndez y Gabriel Hauche).
Echeverría, uno de los protagonistas argentinos de aquella noche, compartió algunas de las sensaciones que lo rodearon durante su estadía junto al Pelusa: "Recuerdo que el Negro Enrique y Mancuso manejaban los entrenamientos y cuando aparecía Diego era una revolución. Hubo una charla previa al partido con tres o cuatro puntos claves, concretos, no hay mucho tiempo y es mejor ir a lo básico. Todo eso lo decía Diego, él bajaba el martillo. La delegación se movía a su ritmo".
En diálogo con El que abandona no tiene premio (Club 947), el ex defensor que por ese entonces militaba en Chacarita describió a Maradona como "un tsunami que se lleva todo puesto. Hay que verlo en el día a día para tener más tiempo de bajar un concepto. La Selección contra Jamaica era un Huracán que te tenía que llevar puesto".
Pese a la victoria, fueron los jamaiquinos los que se pusieron en ventaja en el tanteador. Antes del encuentro, Diego con su metro sesenta frenó a Echeverría (1,92) después de la entrada en calor y le dijo: "En la selección argentina no hay partidos amistosos, son todas finales del mundo. Si tenés que tirarme algún negrito en el pecho, hacelo". En la primera pelota dividida que tuvo con un rival, el espigado zaguero fue muy fuerte y contentó a su DT.
"Cuando habla de la camiseta de la Selección nadie te lo va a explicar ni traducir mejor que él. Más allá de la anécdota, él me transmitió algo que siente", expresó el Flaco, quien reveló que, en su primera reunión, el Diez estaba empapado sobre todas sus características pese a no ser un futbolista con tanto renombre.
La otra perlita que dejó su experiencia como pupilo de Diego fue durante el viaje desde Buenos Aires a La Feliz. "Ahí no había cámaras, no fue para vender humo y nunca lo supo nadie. El VIP del avión tenía ocho lugares y Maradona estaba sentado ahí con Palermo. Los menos conocidos íbamos atrás, al gallinero. Cuando paso por al lado me dice 'Flaco, vos medís dos metros, no podés ir atrás'. Se levantó y me dio su asiento. A mí, que si me decía de ir a Mar del Plata en bicicleta, iba igual. No hubo posibilidad de discutírselo. Yo viajé adelante con Palermo y él atrás. Él le daba prioridad al jugador", confesó.
Por último, Echeverría les dejó una recomendación a los jugadores de Gimnasia La Plata que lo tendrán a partir de ahora: "De la puerta del vestuario para adentro, que lo aprovechen. De la puerta para afuera, que lo cuiden".
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