Una semana en un lugar que hasta el momento de llegar era absolutamente ajeno y extraño puede ser tiempo suficiente para transformarlo en tu casa. O, al menos, en un sitio en el que las sensaciones de incomodidad desaparezcan. Así fue para el seleccionado argentino de básquetbol, que durante siete días se hospedó en el Hotel Liantou Península en Wuhan y lo adoptó como su hogar.
Desde que el plantel ingresó a su alojamiento, Facundo Campazzo desplegó uno de sus tantos chispazos de picardía. Tan repentino e inesperado como en la cancha, el base se acercó a un piano que ejecutaba melodías automáticamente y actuó como si estuviera tocando él para sorprender a ingenuos y desprevenidos.
El hotel en el que también estuvieron los planteles de Rusia, Nigeria y Corea del Sur, ubicado adentro de un barrio cerrado, cuenta con una sala de juegos. Los argentinos se adueñaron de ese sector, en el que la mesa de ping pong dominaba la escena. Los más destacados en esa actividad fueron Nicolás Laprovittola, Campazzo y Nicolás Brussino. También, quienes observaron los partidos ponderaron las virtudes defensivas de Marcos Delía, quien gracias a su largo de brazos lograba contestar todos los remates. En los duelos de dobles, la pareja Brussino-Lucio Redivo, de perfil más bajo, se impuso por sobre la de los verborrágicos Campazzo-Laprovittola. Otros que incursionaron con las paletas y las pelotitas fueron el utilero Facundo Vartanián y el jefe de equipo Juan Sebastiá.
En ese salón, también hay una consola de videojuegos con el NBA 2K 2019 como entretenimiento exclusivo, aunque prácticamente no fue utilizada. "Cuando llegamos la vimos con dos joysticks y pensamos en que la usaríamos, pero al día siguiente ya faltaba uno y no se podía jugar uno contra otro", dijo Delía.
Luca Vildoza, en la previa al duelo con Venezuela
En un salón contiguo, que cuenta con la tecnología necesaria, el equipo argentino improvisó un karaoke en el que Tayavek Gallizzi brilló con su interpretación de una gran cantidad de temas de Las Pastillas del Abuelo.
La música es un eje fundamental en cualquier grupo humano que debe compartir tanto tiempo. En procesos anteriores, los jugadores armaban una playlist con canciones elegidas por cada uno de ellos. Últimamente, Campazzo era el encargado de manejar ese rubro, con respeto hacia los pedidos de otros pero con su toque personal. Sin embargo, fue despojado de ese poder. "Me sacaron porque soy muy repetitivo. Ponía mucho cuarteto y después metía algo de Silvio Rodríguez", confiesa el base. Ahora, Gabriel Deck es quien controla la musicalización. "Si fuera por mí pondría solamente cumbia y chacarera, pero me piden rock nacional y tengo que acceder para tener a todos contentos", cuenta entre risas el santiagueño de Colonia Dora. "El que más me insiste es Silvio Santander, que siempre quiere escuchar Los Piojos", agrega Tortuga.
Entre la cargada agenda de la Copa del Mundo, en la que se juega cada dos días, los entrenamientos, los necesarios descansos y la lejanía del hotel respecto a las zonas más atractivas, los jugadores no tuvieron muchas oportunidades de salir de paseo. Sin embargo, el día previo al triunfo ante Rusia, el capitán Luis Scola organizó para él y sus compañeros un almuerzo en un restaurant de la ciudad. Deck valoró la posibilidad de cambiar de aire: "Era algo que necesitábamos porque venimos concentrados desde la preparación para los Juegos Panamericanos. Sirvió para descomprimir un poco".
La selección argentina ya se despidió de Wuhan con el objetivo cumplido a la perfección: clasificada a la segunda fase e invicta. Para quienes la seguimos también quedó atrás la capital de la provincia de Hubei. Ya no habrá cafés en el centro comercial del barrio del Wuhan Sports Center. Tampoco viajes en un metro en el que dominábamos las combinaciones a la perfección. Recordaremos con alegría la cancha de básquetbol en la planta baja de un shopping de siete pisos. Pero lo que más extrañaremos son las cenas en el restaurant Milu de la peatonal, en el que Xiaoping nos esperaba cada noche para atendernos como a amigos de toda la vida. Por supuesto, que con quien apodamos amigablemente "Tito" , el diálogo era exclusivamente de señas, pero con la característica amabilidad y buena predisposición de los chinos funcionó a la perfección.
EL Grupo I, donde Argentina se enfrentará este viernes a Venezuela y el domingo a Polonia, se desarrollará en Foshan. El seleccionado se trasladó en avión hasta Guanzhou y completó el trayecto en autobús. Nosotros recorrimos los apenas más de mil kilómetros en tren de alta velocidad. Todos, con la ilusión de ver al equipo de Sergio Hernández en los cuartos de final.
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