El fútbol español vive un juicio único, llamado "histórico", con la presencia de tres argentinos: Leonardo Ponzio, emblema de River, Nicolás Bertolo, jugador de Banfield, y Leonardo Franco, ex arquero de la selección argentina y actual entrenador. Todos ellos, en 2011, formaban parte del plantel del Zaragoza y actuaron en un partido sospechado de arreglo, que terminó con victoria del conjunto aragonés por 2 a 1 ante el Levante, con lo que se salvó del descenso.
La denuncia está a cargo del Deportivo de La Coruña, club perjudicado, ya que bajó de categoría hace ocho años, y fundamentalmente por Javier Tebas, presidente de La Liga, quien acusa que un jugador de Zaragoza le confesó el arreglo.
Valencia es la sede de este macrojuicio que este martes tuvo a 42 personas (los 36 futbolistas convocados al partido, más los entrenadores y directivos) en el banquillo de los acusados, entre ellos el mediocampista del equipo de Marcelo Gallardo.
Ponzio fue titular en aquel encuentro sospechado de amaño, Leo Franco estuvo en el arco y Bertolo ingresó en el segundo tiempo.
Las penas solicitadas por los fiscales son de 2 años de prisión (excarcelable) y hasta 6 años de inhabilitación deportiva para cualquier función, ya sea como jugador, entrenador o dirigente.
El hombre de River solicitó a través de su defensa, la abogada María José Galiana, declarar rápidamente ya que debe volver a la Argentina para entrenar con su club y reponerse de la mejor forma de una lesión que lo tiene fuera de competencia por dos meses. Sin embargo el tribunal debe evaluar su pedido y el de varios jugadores más y no está asegurada su pronta comparecencia. A su vez, el letrado defensor del Deportivo de La Coruña solicitó que no se les brinde ese beneficio a los futbolistas que actuaban en el Zaragoza, ya que por contradicciones en un juicio anterior, se requerirá un careo entre los ex compañeros.
Ponzio llegó a las 8:55 de la mañana a la Ciudad de la Justicia Valenciana, pero la sesión recién comenzó a las 10:36. A partir de ese momento y por casi cuatro horas, el líder riverplatense sólo escuchó los alegatos de los abogados defensores y no se levantó ni para ir al baño. Lo mismo sucedió en la ronda de la tarde que duró una hora y media.
Visiblemente fastidioso al entrar y al salir de los tribunales, Ponzio sólo respondió con monosílabos que mañana miércoles debía volver y que no sabe aún hasta cuando tiene que quedarse.
En principio por orden de la fiscalía, Ponzio tiene el número 13 como declarante, Franco el 20 y Bertolo el 22, por lo que, de no haber modificaciones, se presume que podrían estar toda la semana esperando para dar su testimonio.
La investigación que llevó adelante la fiscalía anticorrupción dice que el club Zaragoza le depositó a sus jugadores una cifra cercana a los 800 mil euros días antes del partido; que los mismos retiraron de sus cuentas ese dinero y que se los habrían dado a sus rivales para que se dejen perder. La agencia tributaria española tomó nota de los movimientos bancarios de los jugadores del Levante en los días posteriores al partido (ya de vacaciones) y notaron que los mismos no retiraron dinero de sus bancos, ni hicieron gastos con tarjeta, lo cual generó la sospecha de que contaron con un efectivo sin justificar.
Por su parte, Tebas declaró que como abogado recibió de cliente a un jugador de Zaragoza del que no se informó su nombre (pero trascendió que sería el paraguayo Paulo Da Silva), quien le confesó al actual presidente de La Liga y por entonces vice, el arreglo. Esto y la sospecha de los de La Coruña, llevaron al pope del fútbol español a denunciar el hecho. Los letrados de los jugadores y del Zaragoza pidieron la nulidad del juicio por entender que lo de Tebas era incompatible y que había roto el secreto profesional para su beneficio. Sin embargo la fiscalía y los querellantes denegaron rotundamente que se anule la causa.
Cristhian Stuani, quien debía estar con su selección uruguaya; el ecuatoriano Jefferson Montero (quien llegó lesionado en muletas); Gabi, ex capitán del Atlético de Madrid del Cholo Simeone, y el ex River, Carlos Diogo, son algunos otros de los implicados que permanecen en esta ciudad a la espera de la continuidad de un juicio que está previsto dure, por lo menos, hasta finales de mes.
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