El minuto 6 del primer tiempo del Superclásico en el Monumental fue significativo para la historia de Boca y de Esteban Andrada. El arquero mendocino, de 28 años, superó los 782 minutos de tiempo con la valla invicta que ostentaba el mítico Antonio Roma, ídolo del Xeneize, y se quedó con el récord, que llevó, hasta el momento, a 868 minutos. El guardameta acarrea nueve partidos consecutivos sin recibir goles antes de la disputa del cruce ante River en Núñez.
El último equipo que le había marcado un gol a Andrada había sido Tigre, en la final de la Copa de la Superliga. Luego, cerró la valla ante Atlético Paranaense (ida y vuelta), Liga de Quito (ídem), Huracán, Patronato, Aldosivi y Banfield.
Hace poco más de un año y ante las dudas que generaba Agustín Rossi en la valla de la ribera, Boca le compró el pase de Andrada a Lanús en 5 millones de dólares. Y el guardameta respondió con buenos rendimientos, al punto que se transformó en una de las grandes figuras de la plantilla que conduce Gustavo Alfaro. En el Monumental se mostró seguro: tuvo una buena intervención ante Rafael Santos Borré, en el segundo tiempo.
"Lo que vale Andrada ya quedó chico", declaró hace algunos días Nicolás Burdisso, manager de la institución. Y agregó: "Hoy en día se venden arqueros por 80 millones". El arquero tiene vínculo con el club hasta 2022.
Tras la irrupción de Andrada, Roma se quedó con la segunda marca (782 minutos) y la tercera (741). Surgido de la cantera de Ferro, donde atajó entre 1955 y 1959, Roma se transformó en leyenda en Boca, club al que defendió entre 1960 y 1972. Atajó dos Mundiales con la selección argentina (Chile 1962 e Inglaterra 1966).
Con 14 años y el sueño a cuestas de ser futbolista, el mendocino Andrada, oriundo del departamento San Martín, ubicado en paralelo a la ruta 7, se dedicaba a cosechar uvas para llevar algunos pesos a su casa. Era una de las pocas changas que se conseguían en ese entonces y se acostumbró a convivir en los viñedos. En 2007, su representante, el ex futbolista Luciano Nicotra, lo "sacó del tractor" y lo llevó a probar a Lanús. Desde allí, su carrera fue en alza.
Habitué de las selecciones juveniles, lo quiso el Real Madrid, tuvo un bajón cuando buscó continuidad en Arsenal, de regreso en el Granate alcanzó el nivel que se esperaba en él. Y en Boca ya está haciendo historia.
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