El plantel de Boca Juniors ya está en el estadio Monumental, listo para enfrentar a River en el Superclásico válido por la quinta fecha de la Superliga del fútbol argentino. La llegada del micro que trasladó a la delegación del "Xeneize" se produjo sin problemas, enmarcado en un estricto operativo de seguridad.
Pasadas las 14, los jugadores y el cuerpo técnico abandonaron la concentración en el hotel Holiday Inn de Ezeiza y se subieron al vehículo blindado. El traslado hacia Núñez, duró aproximadamente cuarenta minutos y se realizó con una fuerte escolta policial con el objetivo de prevenir incidentes similares a los ocurridos en noviembre pasado.
Esta vez no hubo ningún tipo de conflicto en la esquina de Libertador y Lidoro Quinteros, aquella en la que un grupo de hinchas de River atacó a piedrazos el micro de Boca en la previa del partido de vuelta por la final de la Copa Libertadores, que posteriormente se suspendió y se trasladó a Madrid.
El recorrido estaba pautado de antemano: el micro tomó la autopista Ricchieri y, en lugar de doblar por la General Paz para ir hacia el lado del Río, siguió por la Autopista 25 de mayo hasta la bajada de Huergo, donde empalmó con el flamante Paseo del Bajo. Posteriormente, tomó la avenida Sarmiento y la avenida Libertador. Al llegar a Núñez, dobló por Lidoro Quinteros, se metió en el denominado "Barrio River" e ingresó en el estacionamiento del estadio Monumental.
Esas últimas cuadras mostraron una imagen pocas veces vista en días de partido: las calles estaban vacías. Eso se debió a que los policías tuvieron la estricta orden de cortar el flujo de gente hacia esas arterias. También hubo especial atención a que no se aglomeren hinchas en las esquinas claves.
Para viajar hasta el Monumental, la dirigencia de Boca eligió un micro especial. El mismo dispone de cristales de seguridad ideados para incrementar la protección y el tiempo de reacción frente a eventuales incidentes.
Las ventanas originales del micro fueron reforzadas con placas de policarbonato especiales en procesos de presión, temperatura y vacío, prácticamente imposibles de atravesar. Estos vidrios antivandálicos resistentes a fuertes golpes cuentan con la particularidad de permanecer totalmente unidos en el hipotético caso de fragmentación, evitando el ingreso de esquirlas al habitáculo. Es antirobos: ideado para evitar atracos con piedras, baldosas, adoquines y objetos puntiagudos.
En el operativo -que comenzó a las 9 y seguirá hasta las 21- trabajan en total 1.400 efectivos, entre policías y empleados de seguridad privada. Los tres anillos de seguridad serán controlados por la Policía de la Ciudad y el ministerio de la Nación que conduce Patricia Bullrich sólo aportará a los funcionarios que llevan adelante el programa Tribuna Segura, que con aparatos que registran huellas dactilares impide el ingreso de aquellos que tienen derecho de admisión.
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