El gol de Nelson Haedo Valdes había cargado de suspenso a la serie de los cuartos de final de la Copa Libertadores entre Cerro Porteño y River. El descuento paraguayo encendió las alarmas en Núñez y tuvo que aparecer Nicolás De La Cruz para improvisar una obra de arte y sellar el 1 a 1, que le permitió al Millonario acceder a la fase de los 4 mejores, donde enfrentará a Boca.
La advertencia que había hecho Rodolfo D´Onofrio en la semana se efectivizó cuando el volante improvisó un golazo que dejó sin posibilidades a Juan Pablo Carrizo. "Hicieron enojar a un uruguayo, ahora se la van a tener que bancar", había dicho el presidente de River. Y no se la bancaron. El enorme zapatazo que se colgó del ángulo enmudeció al efervescente estadio. Con la igualdad, la Banda recuperó confianza para desarticular a un rival que quedó de rodillas.
"No estaba enojado. Siempre estuve tranquilo. Le quise transmitir la tranquilidad a mi familia, porque fue algo anormal lo que me pasó. Lamento que me haya interrumpido las horas de mate y de descanso. Además, tuve siempre el apoyo de mis compañeros", dijo la figura charrúa después de realizar su obra maestra.
"Nunca había hecho un gol así. Más allá de eso, creo que hicimos un buen trabajo en equipo, porque somos justos vencedores", argumentó el atacante y concluyó con un análisis en referencia a los superclásicos que se avecinan: "Uno siempre espera jugar ese tipo de partidos. Supimos vencer a un duro rival como Cerro Porteño y ahora nos pondremos a pensar en lo que haremos contra Boca".
Con la clasificación asegurada, se confirmó el arribo de una nueva trilogía del Superclásico. Todavía con las susceptibilidades presentes por lo ocurrido en el Santiago Bernabéu de Madrid, Boca y River volverán a verse las caras en una fase decisiva del torneo más codiciado del continente. En octubre será tiempo de revancha.
Seguí leyendo