El Barcelona se repuso del traspié sufrido en su debut en La Liga contra el Athletic de Bilbao con una contundente goleada sobre el Betis. A pesar del sorpresivo tanto inicial del francés Nabil Fekir, el elenco catalán expuso su jerarquía gracias a la presencia de Antoine Griezmann, la flamante incorporación que brilló con un doblete y cambió la historia en el Camp Nou.
Las siguientes conquistas de Carles Pérez, Jordi Alba y Arturo Vidal decoraron un triunfo abultado, a pesar del descuento definitivo de Loren Morón para el combinado andaluz.
Si bien no estuvieron dentro del campo de juego, las figuras de Lionel Messi y Luis Suárez no pasaron desapercibidas en las gradas. Sobre todo por las constantes ocurrencias de Mateo, el hijo del medio del astro rosarino.
Acostumbrado a hacer travesuras cuando va a los estadios, esta vez el pequeño resaltó por un curioso gesto. En un determinado momento del partido, Messi y Suárez miraron con un gesto de preocupación hacia un costado. Lo mismo hicieron los hijos mayores de ambos, Thiago y Benjamín. Sin embargo, Mateo se mantuvo serio, mirando hacia el frente, indiferente hacia el juego y solo concentrado en comer su banana.
La actitud del hijo del medio de la Pulga motivó las reacciones más variadas en las redes sociales. La personalidad del pequeño ha cautivado a los usuarios, que suelen comentar cada una de sus apariciones en cámara. Por lo tanto, cuando festejó un "gol fantasma" a favor del Culé, el atacante uruguayo lo miró fijo y le dijo un divertido reto que causó carcajadas entre todos los presentes. "Los goles no se gritan antes de que se concreten", fue una de las lecciones que aprendió el joven Mateo.
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