Cómo se restauró uno de los Torino que compitió en las míticas 84 Horas de Nürburgring y que estuvo perdido por 40 años

Se recuperó en 2012 y su restauración terminó en 2014. Revivió por la pasión de un padre y un hijo hacia este auto

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Francisco Suárez Piazza y el
Francisco Suárez Piazza y el Torino 2, ya restaurado tras 40 años de misterio. Foto: Darío Coronel

Por Darío Coronel

Mario Suárez tenía 12 años cuando se corrieron las 84 Horas de Nürburgring en 1969. Un día le contó a su hijo, Francisco Suárez Piazza, aquella proeza de los Torinos. Él se sintió atrapado por esa carrera conocida también como "La Maratón de la Ruta" en el mítico autódromo alemán. Se apasionó por esos tres coches. El "Toro" número 3 lo tuvo siempre Juan Manuel Fangio y forma parte de su museo. El número 1 apareció en 2006. Pero ¿qué pasó con el auto número 2? Un día decidió poner fin a ese interrogante y empezó la búsqueda del tesoro que lo llevó a un hallazgo histórico.

El Torino 2 luego de
El Torino 2 luego de abandonar en el Infierno Verde, en 1969. Detrás aparece el número 3. Los tres Torinos volvieron a estar juntos en una pista en 2014. (Facebook “La Misión Argentina”)

En el marco de los festejos conmemorativos por los 50 años de la Misión Argentina en Nürburgring, Infobae habló con Francisco, que describió cómo llegó hasta este coche, o al menos, a sus restos. "Fueron un total de cinco años entre la búsqueda y restauración. Empezó en 2009 cuando por medio de una revista Automundo se mencionaba a un señor de San Juan de apellido Palma, que era amigo de Eduardo Copello (piloto que corrió en las 84 Horas), quien recibió de IKA-Renault ese Torino para que lo use como coche particular. Con el tiempo, se lo vendió a Palma. Esa nota de 1971  contaba que había adquirido un Torino para correr en Grupo 2 del Anexo J (categoría Turismo Nacional). Y especificaba que el auto era uno de los de Nürburgring", cuenta el correntino de 27 años.

El Torino 2 en pleno
El Torino 2 en pleno proceso de restauración, tras ser hallado luego de años de búsqueda por distintas provincias argentinas.

"Lo busqué a Palma por la guía telefónica y lo encontré. Lo llamé y me contó que en 1972 el coche se lo vendió a otro sanjuanino de apellido De los Ríos para correr también en Anexo J. Hablando con Palma le hice preguntas claves para saber si el coche era el de Nürburgring. Le pregunté por el tanque de nafta y me dijo 'que era de 140 litros', como los que armaba Heriberto Pronello (preparador de Torino en el TC junto a Oreste Berta). Luego cómo era la jaula y me respondió que 'era abulonada', algo importante. La caja de cambios, me indicó que 'era una 242', como las que usaban los Torinos de competición. Le consulté por la patente si era municipal de la Ciudad de Córdoba, que era con la que habían corrido en Alemania. Me dijo que 'cuando lo compró tenía patente nacional Provincia de Córdoba'. Igual me dio el número de la patente", agrega el estudiante de periodismo quien siguió recabando información.

La placa identificatoria del Torino
La placa identificatoria del Torino 2, que permitió certificar el auto que se había empezado a vender por partes en un taller donde lo desarmaron tras un choque.

"Con la patente fui a un registro automotor, pedí un informe histórico de dominio. Al mes me dieron el resultado y corroboré que era uno de los de Nürburgring por el número de chasis: 7. Yo sabía que el Torino 3 era número de chasis 8. También figuraba IKA-Renault como propietario, luego Palma y tercero un hombre de Santa Fe. Igual en total el auto tuvo cinco dueños. Al último, que lo adquirió en 1987, también lo encontré por la guía. Lo contacté y me dijo que no lo tenía más. Me contó que en 1990 se lo había prestado a su hijo quien lo chocó. Luego el auto fue a parar a un taller donde lo desarmaron y lo empezaron a vender por partes. La caja, frenos y butacas fueron a parar a diferentes camionetas", continúa Francisco.

La diversificación del Torino no afectó su moral, todo lo contrario, lo motivó a seguir indagando. "Ubiqué los vehículos donde estaban las partes y su carrocería la encontré en un campo de un pueblo cercano a Rafaela. Estuvo así 22 años. El tanque de nafta estaba en el Chaco y llegué hasta allí porque lo tenía el cuñado del último dueño", afirma.

El tanque de combustible del
El tanque de combustible del Torino 2 estaba en la Provincia de Chaco y así fue encontrado.

Pero su caso no era el único. Solo el Torino 3, ese que completó la carrera en Nürburgring hace medio siglo y fue el que más vueltas dio (334), pero le computaron 315 por una penalización, era el que había sobrevivido en buen estado. Este coche, una vez de regreso en la Argentina, quedó en manos de Fangio (fue director deportivo de la Misión Argentina) y luego se sumó a su museo en Balcarce. Mientras que el número 1 apareció en un campo de la localidad bonaerense de Moreno en 2006 en un estado lamentable, aunque Berta y Pronello certificaron que era el original. El auto lo compró el coleccionista Daniel Van Lierde quien lo habría pagado 50.000 dólares.

"Allí empezamos con la restauración que duró dos años. Mi papá se puso en contacto con el dueño del Torino 1 quien también estaba restaurando su auto e iniciamos los arreglos en conjunto. También se hicieron trabajos sobre el Torino 3 que estaba mal pintado desde el año 1991. Era un blanco reflectante y lo pintamos con el color blanco que corresponde", comenta.

El coche 1 y 2 abandonaron en Nürburgring por sendos despistes. Luego de estar separados por 45 años, los tres Torinos 380 W se volvieron a juntar en Bariloche, en las Mil Millas Argentinas de 2014 (carrera de regularidad con autos clásicos). En esa prueba Berta corrió con un Torino junto a su amigo Horacio Pagani, el conocido diseñador argentino que vive en Italia y es creador del coche súper deportivo "Zonda". Pagani a su vez le hizo y le regaló a Berta una réplica exacta del Torino 3.

El reencuentro de los tres
El reencuentro de los tres Torinos luego de 45 años. Fue en Bariloche, en 2014. (Facebook La Misión Argentina)

Pero, ¿cuánto les costó a los Suárez recuperar el "Toro" número 2? "Para esto se puso pasión. No tengo un monto de todo lo que se gastó. Sí puedo contar que era coleccionista de juguetes antiguos y los vendí a todos para poder comprar repuestos para arreglar el Torino", responde Francisco, quien con toda la información que recabó en su búsqueda escribió y publicó un libro llamado Proyecto Fangio. "Cuando miro el auto veo la capacidad y el poder de la industrial nacional de la época, todo hecho en la Argentina. Y fuimos a competir a Europa y de alguna manera ganamos. Fue una patriada, todos los que fueron lo hicieron Ad Honorem", destaca.

"Nosotros tenemos el auto, pero esto es propiedad de todos los argentinos", repite Mario. "Este Torino es como el sable de San Martín, es un patrimonio histórico nacional", exagera Francisco. Ambos dejaron todo y mucho más por recuperar a este coche histórico. Su pasión por él los llevó a revivirlo. Ellos gestaron su propia hazaña, otra más a 50 años de aquella en Nürburgring.

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