Lucas Pratto mostró su lado desconocido en una entrevista que brindó al sitio oficial de la Conmebol. El delantero de River recordó sus inicios, todo lo que luchó para poder trascender y cómo Cambaceres fue importante en su vida futbolística. Además, habló de su etapa de soledad en Noruega y qué fue lo que le dijeron en Boca para que aceptara ir.
En otro orden, el "Oso" destacó la importancia de los valores que le inculcó su familia y cómo él intenta compartirlo con los más jóvenes en River. Su mirada crítica a los chicos que reciben autos de lujo, antes que una enseñanza, y el peso que le genera a los futbolistas que te tilden de "jugador caro".
Pratto también se refirió a la histórica final de la Copa Libertadores, eligió su gol a Boca (marcó en la Bombonera y en Madrid) y respaldó al "Pipa" Benedetto, ex jugador "xeneize" quien también anotó dos tantos en las finales, pero que no contó con la misma valoración por no haber ganador el título.
Las frases más destacadas de Lucas Pratto en una entrevista con la Conmebol:
Sus inicios de carencias en el fútbol:
"Yo tuve un inicio de carrera muy difícil. Mis primeros tres años en juveniles jugué en Cambaceres, en un club que hoy está en la última categoría del fútbol argentino, que en ese momento estaba en la B Metropolitana. Era un club que, si no estabas en Estudiantes o en Gimnasia en La Plata, querías ir. Hoy, lamentablemente, eso no pasa".
"En ese momento en la B Metropolitana Cambaceres jugaba contra Ferro, contra Almirante Brown y aprendí mucho. No tenía ropa para entrenar, no tenía botines, no me podía bañar. Volvía del colegio a la 1 de la tarde, me iba 1 y media, comiendo un paquete de salchichas y volvía a las nueve de la noche. Intento valorar y que lo valore mi hija, aunque espero que nunca tenga que pasar eso, porque no es fácil. Ahí hice muchos amigos, los mejores son de Cambaceres".
"A partir de volver a Vélez (2012), fueron todas las mejores decisiones que tomé para mi carrera deportiva y eso me llevó a ser el jugador que soy hoy. Después, irte tan chico a Noruega te hace crecer mucho como persona. También, vivir en una pensión a los 15 ó 16 años te independiza bastante. Aprendés o madurás un poco antes".
La charla con Carlos Ischia (DT de Boca) que lo llevó a optar por el fútbol de Noruega:
"Venía de un buen año a préstamo en Tigre. Era jugador de Boca, pero cuando vuelvo Carlos Ischia, el entrenador, me dice que el nueve titular era Martín Palermo y que me iba a tener en cuenta pero que tenía que ganarme el puesto de suplente junto con Lucas Viatri. Tenía la posibilidad de ir a la B Nacional, hasta que me salió lo de Noruega (Lyn Oslo en 2008). El club estaba bien, era un estilo Lanús, que se nutría mucho de inferiores, que estaba peleando las copas. No sé, decidí irme, era chico. Yo soy una persona que tomo la mayoría de mis decisiones solo. Entonces dije, buen, vamos a ver. Eran seis meses a priori y me fue tan bien que me quedé seis meses más, aunque el segundo semestre fue un poquito difícil por el invierno. El club también había tenido problemas económicos, entonces, ahí ellos ya querían renovarme por un año más, de nuevo el préstamo, y ya no quise".
La importancia de la contención familiar:
"El 70 u 80 por ciento de los jugadores de fútbol somos de familias laburadoras. A veces, con un poco más de plata o con menos o con condiciones prácticamente de tener para comer. No soy la excepción ni tampoco es una cosa que digo "ah, lo que logré". Yo valoro mucho a mi vieja, a mi hermano y a la familia que está atrás de mi mamá. Siempre estuvieron, me apoyaron en todo y nunca me pusieron prohibiciones ni condiciones. Dieron hasta lo que no tenían para que yo fuera a jugar a la pelota. Después, soy una persona bastante cabeza dura. Cuando me propongo algo lo quiero, lo hago. Mi idea no era llegar a jugar profesionalmente en un club especial, yo quería jugar en Primera y, bueno, me lo gané".
"Tengo un grupo de representantes, que me encontré de chico con ellos, hace 15 años. Me ayudaron mucho. No me dieron nada fácil: ni un auto ni una casa, ni nada. Me dijeron que todo me lo tenía que ganar trabajando y mis cosas me las compré yo, mis inversiones las hice yo y ellos siempre me asesoraron. Creo que lo más importante hoy para un jugador que termina de subir a Primera no es darle un auto o darle un contrato millonario rápido. Creo que River hoy, por ejemplo, es modelo en eso porque tenemos coaching, psicólogos, mucha gente alrededor. Mismo una pensión para los más chicos que la necesitan".
El salto de clase social en los más chicos:
"Es difícil porque no contamos con el acompañamiento. Parece que es fácil porque un día no tenés para comer y al otro día tenés, no sé, vamos a ser brutos, un Mercedes Benz. Yo tuve el acompañamiento de mi familia y tuve una buena educación pública, y mirá que era vago para estudiar. Creo que también es importante lo que te rodea. Más allá del colegio al que vayas o lo que te enseñan allí, vale lo de adentro de casa. Yo puedo mandar a mi hija al mejor colegio, pero si yo no le enseño cosas básicas… y mi familia me enseñó lo que es la educación, cómo respetar a la gente y hoy todavía me pasa. Soy un jugador de 31 años y sigo respetando a Marcelo (Gallardo) o a Ponzio, como si yo tuviera veinte años. Eso capaz se perdió hoy".
"Yo intento dar más consejos desde lo futbolístico, que cuiden lo que tienen y que disfruten lo que es River. Porque de River, en Argentina, después, es para abajo. No hay nada más para arriba. Para arriba ya es Europa. Intento que los chicos sepan esto, que disfruten el lugar donde están. Que trabajen para mejorar, que desde lo económico y desde lo social van a tener muchas facilidades, que aprovechen los buenos consejos y no los malos. Después cosas puntuales es difícil hablar porque cada persona es diferente. Pero los chicos acá escuchan bastante".
Cómo superó el peso de ser tildado de "jugador caro" para River:
"No creo que me haya pasado. Capaz que alguno que me conoce te dice "sí, se pensó". Bah, no sé, la mayoría de la gente me dice que no he cambiado nada. Intento manejarme igual que siempre. Nunca le di importancia. Es muy difícil cuando dicen que un jugador vale tanto. El otro día me sorprendía del central de Leicester que ahora fue al Manchester, Maguire, que vale 80 millones. Lo comparaban con Cristiano Ronaldo, cuando lo compró el Real a 90. Es una locura que se hable de tanta plata, de tanto dinero. En el fútbol mundial más. Y tampoco creo que los jugadores, en general, los normales, nos creamos que porque valemos 14 ó 12 somos mejores que otros. Eso es una cuestión de negociación entre clubes. De cuánto vale un jugador emocionalmente o como referente para la institución".
"Lo que pasó conmigo con San Pablo es que habíamos tenido un año muy difícil y éramos dos o tres jugadores que habíamos puesto la cara un poco. Institucionalmente, la gente que trabajaba en el club me quería mucho y por eso también no querían perderme. Les dejé en claro que por lo único que quería volverme era porque River era una oportunidad deportiva muy grande para mí y porque iba a estar al lado de mi hija. Así que, desde ese punto de vista, fue por eso lo del precio".
"Cuando el equipo empezó a ganar, yo empecé a levantar el nivel. Tuve la suerte de hacer goles importante, que dieron campeonatos importantes. El fútbol es así. Capaz en un mes mi rendimiento personal baja. No me molesta cuando me critican y tampoco me creo ni el mejor ni el peor cuando me halagan".
La obtención de la Copa Libertadores ante Boca y cuál gol elige: el de la Bombonera o el de Madrid:
"La gente te lo hace sentir. No nos damos cuenta mucho todavía. Pasaron casi nueve meses. Va a ser recordado toda la vida, pero no nos damos cuenta. No te puedo dar una opinión, porque es muy difícil. Fue mi mayor logro deportivo. Tuve la suerte de salir campeón de la liga argentina y de la liga de Chile, pero no había ganado nada a nivel internacional. Esto es lo más importante a nivel internacional en Sudamérica. Y contra el clásico rival de toda la vida. Y justo el clásico rival es River-Boca. Entonces, no nos damos cuenta pero la gente sí. Cuando nos retiremos, cuando pase un poco más de tiempo, vamos a ver bien el valor que tiene".
"El de la Bombonera fue el más importante para mí porque fue en esa cancha y apenas nos hicieron un gol. También porque nosotros estábamos jugando mucho mejor que el rival, pero muchísimo mejor. Es más, terminamos empatando un partido 2-2 que tendríamos que habernos ido ganando por diferencia de dos goles. Fue un valor para la cabeza nuestra muy importante".
El respaldo a Darío Benedetto, quien también anotó dos goles en las finales:
"Yo creo que al Pipa la gente se lo reconoció. Yo creo que Benedetto tuvo el reconocimiento que se merecía por los dos goles, por lo que representa él para Boca. En los últimos años, después de Martín, fue el nueve que más se destacó. Pero bueno es así: las finales y perder contra tu rival capaz hace que no se valore tanto el gol que hiciste porque perdiste. A mí me ha pasado. Perdí una final en Chile en la que le hice un gol al clásico y no se acuerda nadie. Es así el fútbol. En la final, la derrota o la victoria es lo que marca quién se va a acordar del otro".
"Estamos en un deporte que es re competitivo. Sirve ganar nomás. Sí valoro la gente que llega hasta instancias finales, pero cuando estoy en una final y la pierdo, no voy a estar contento. Sí, cuando pase el tiempo, decís "aunque sea llegué a la final", pero en un clásico es muy difícil sentirse contento o tranquilo. Yo por esa final que perdí en Chile tuve mucho tiempo con el sabor agridulce hasta que pude lograr otro título con otro club".