No fue un gesto espontáneo. Tampoco se trató de un grito eufórico. Ni siquiera tiene relación con el sacrificio que le demandó romper el cero en el duro cruce ante Aldosivi. Carlos Tevez festejó su gol de un modo particular.
Luego de quebrar la resistencia de Pocrnjic, el Apache buscó la cámara de la transmisión oficial para hacer el símbolo de la A, el logo de la popular serie que es un éxito en Netflix y que retrata la vida del ídolo boquense.
La pieza audiovisual comienza en cada capítulo con una reflexión de alguna vivencia del jugador de Boca en su infancia. Carlitos estuvo al tanto del guión en todo momento, pese a no querer ver la biopic antes de su estreno. Tal como acostumbra, el delantero concurrió en muchas ocasiones a su barrio de origen, donde no dejó pasar la oportunidad de comer algo en el bar que frecuentaba de chico. Quien fuera su maestra en la vida real actuó como directora en una escena que se grabó en la escuela a la que concurrió el Apache. Y el 10 xeneize no pudo contener su risa frente al nerviosismo de su ex docente.
Lo llamativo fue que en el pensado festejo de su gol, Tevez salió con un golpe involuntario de un compañero que le provocó una clara hematoma en su ojo izquierdo. Cuando concluyó el partido, el Apache dijo que "son cosas que pasan", con una risa que minimizó la herida.
"Me siento bien, estoy muy cómodo, rápido y con confianza. Eso es importante para el equipo", agregó el ídolo de Boca y aclaró: "Venimos de una derrota dura (eliminación de la Copa Argentina ante Almagro) y esta victoria nos viene bien para mejorar".
Cabe señalar que los pasillos del barrio, logos ficticios, kioscos, toldos y otros rincones de Fuerte Apache sufrieron modificaciones para la ambientación de la serie. Chito, el tío de Tevez, se puso manos a la obra con la pintura cada vez que lo necesitaron. Por su parte, el Chueco, hermano menor del delantero, participó activamente junto al equipo de producción. Con conocimiento de causa, fue enlace y consejero, brindando y corrigiendo detalles que acercaron a la excelencia a la obra.
Como dato adicional, los maquilladores tardaron más de una hora antes de las grabaciones para plantarle a Balthazar Murillo las marcas que el jugador tiene en su cuello, producto de un accidente doméstico cuando era bebé. Al actuar, moverse y transpirar, el maquillaje se corría y tenía que ser retocado cada día.
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