El recibimiento a Daniele y algunos detalles de su talento
"Es el único estadio que me hizo emocionar aunque nunca lo había visto, nunca había entrado. Ahora que estuve, veo que es un estadio muy bello, pero la diferencia es la gente que está dentro. Estuvo lindo verlo, pero no puedo esperar a verlo lleno y ruidoso".
El deseo expresado por Daniele De Rossi al sitio oficial de Boca, a pocos días de haberse transformado en futbolista del "Xeneize", se transformó en realidad. El mediocampista italiano, de 36 años, se dio el gusto de hacer su presentación en el hogar de auriazul, que lo recibió con una enorme ovación y cotillón alusivo a su presencia. Y la historia terminó como la trayectoria del campeón del mundo en Alemania 2006 merecía: su equipo superó con esfuerzo 2-0 a Aldosivi, por la tercera fecha de la Superliga.
En la transmisión oficial pudo verse un cartel que rezaba en italiano "Daniele, dame la camiseta, bienvenido a Boca". También brotaron bufandas de la Roma, club en el que se transformó en ídolo y el que abandonó para cumplir el sueño de jugar en el "Xeneize". En la foto oficial se ubicó entre Izquierdoz y Andrada. Y se mostró muy afectuoso con Obando, a modo de respaldo hacia el juvenil.
Tal como sucedió en el duelo ante Almagro, por Copa Argentina, en el que fue la figura hasta que fue reemplazado, De Rossi volvió a exhibir su juego simple, pero efectivo. Parado como doble 5, generalmente en línea, junto con Iván Marcone, pidió la pelota continuamente, tocó de primera, se animó a algún regate elegante y a un par de envíos largos para sorprender, y dialogó continuamente con sus compañeros (Marcone, Izquierdoz) para ordenarse.
Sin embargo, levantó a la Bombonera con un par de acciones esforzadas, como una barrida limpia a Gonzalo Verón; algo que también pudo observarse el martes en el estadio Ciudad de La Plata, por Copa Argentina.
En la segunda parte, como en el último encuentro, Boca bajó el ritmo peligrosamente. De Rossi volvió a conectarse mejor con el ingreso de Alexis Mac Allister. Daniele completó los 90 minutos por primera vez en su nuevo club. Y saboreó la victoria como un hincha más.
Para el epílogo, más gestos de líder: saludó y abrazó uno a uno a sus compañeros, como reconocimiento al esfuerzo. Y una hincha, junto al túnel, se quedó con un particular souvenir: mientras bajaba a los vestuarios, De Rossi le lanzó sus pantalones, quedando en calzas. Y la fanática los mostró ante el mundo y los besó.
El momento en el que decidió ofrendarle una prenda a una hincha, ubicada junto al túnel que lleva al vestuario
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