* Por Darío Coronel
Puede decirse que el Torino es tan argentino como el dulce de leche, el tango o el asado. Se trata de un orgullo nacional. Una de las máximas obras de la industria automotriz local. Si bien este auto dejó de fabricarse hace 38 años, es un gran exponente de nuestro automovilismo y un ícono de una Argentina que supo codearse con los países más desarrollados. El "Toro" es un coche de alta gama que combinaba la elegancia, confiabilidad, confort y prestaciones en su motor que fueron únicas para su época.
Este fin de semana en Alta Gracia, Córdoba, se conmemora el 50º aniversario de la Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring, donde los Torinos preparados por Oreste Berta y Heriberto Pronello, supieron doblegar a autos de primer nivel mundial. Aquél equipo fue dirigido por Juan Manuel Fangio. Ese fue el máximo logro deportivo del Torino, que ya había escrito con gloria sus primeras páginas deportivas. Por ello resulta interesante explicar las características del "Auto Argentino", como lo logró promover por aquellos días su fábrica, IKA-Renault.
Base americana y estilo italiano. Industrias Kaiser Argentina, que se había asociado con Renault en 1959, en 1966 empezó a fabricar el Torino que estaba basado en el Rambler American estadounidense. Con ese casco como referencia se contrataron los servicios de la casa de diseño de Sergio Pininfarina para una estilización de la carrocería, con la idea de desarrollar un auto con perfil deportivo que fuera tan atractivo en versión sedán como cupé. Su nombre se debe a que Pininfarina vivía en Turín (o Torino), en Italia. El propio Berta explicó en el documental "La Misión Argentina" (2015) algunas las características del Torino. "En la Argentina se hicieron las suspensiones delantera y trasera, el diferencial, la caja y el motor. Lo único que tenía del Rambler American era el interior del casco".
Espíritu de competencia. El "Toro" se presentó en sociedad el 30 de noviembre de 1966 en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez. Contaba con tres carburadores doble boca que alimentaban al motor Tornado de seis cilindros, de 3.770 cm3 y una potencia que según sus diferentes versiones a lo largo de los años osciló de 120 a 218 caballos (en Nürburgring llegó a los 250 HP). Fue el primer coche fabricado en la Argentina que en su versión deportiva, el 380 W, superó los 200 kilómetros por hora, recién salido de fábrica y puso en jaque la polarización Ford vs. Chevrolet.
Glorioso debut. El 26 de febrero de 1967 el Torino se estrenó con un triunfo en el Turismo Carretera de la mano de Eduardo José Copello en la Vuelta de San Pedro. El "Maestro" y la marca se consagraron campeones ese año y las famosas "Liebres" preparadas por Berta y Pronello repitieron con Gastón Perkins en 1969, Luis Rubén Di Palma (Fórmula A) y el propio Copello (Fórmula B) en 1970 y otra vez el "Loco" Di Palma en 1971. Entre 1967 y 1971 (último año como equipo oficial) lograron 61 victorias sobre 95 competencias.
Propiedades de un Fórmula 1. En el mencionado film, Berta resaltó que "cuando fuimos a Nürburgring, Fangio quería demostrar que el Torino era el mejor auto que había en el mundo. Algo de razón tenía. En ese momento tenía una ingeniería muy avanzada, con una tapa de cilindro cuyo desarrollo era basado en una tapa de Jaguar y la había hecho el mismo ingeniero. Contaba con tres carburadores de doble boca y sólo los autos de Fórmula 1 y los de coches sport de muy alta performance los tenían. Creo que era el único auto de serie que los tenía".
De primer mundo. En las 84 Horas de Nürburgring llamada "La Maratón de la Ruta" corrida del 20 al 23 de agosto de 1969, el Torino se midió con representantes oficiales de Ford, Porsche, BMW, Mazda, Alfa Romeo, Mercedes-Benz y Fiat. En el mítico circuito alemán, el más largo y peligroso del mundo (en ese momento 22,8 km y 176 curvas), el Torino Nº 3 de Eduardo José Copello, Oscar Mauricio Franco y Alberto Rodríguez Larreta (conocido como "Larry"), fue tercero y el coche que más vueltas dio (334). Ganaron en pista y lideraron 50 horas. Aunque luego fueron penalizados por la reparación del caño de escape y terminó cuarto en la clasificación general con 315 giros. Los otros dos autos, el Nº 1 de Luis Rubén Di Palma, Carmelo Galbato y Oscar "Cacho" Fangio y el Nº 2 de Gastón Perkins, Eduardo Rodríguez Canedo y Jorge Cupeiro, abandonaron.
Noble. Más allá de sus méritos deportivos el Torino se distinguió por su confiabilidad. También su autonomía ya que, por ejemplo, a principios de los años setenta, a 80 kilómetros por hora consumía 12 litros de nafta cada 100 kilómetros. Su versión sedán competía con el Ford Falcon, aunque con más equipamiento y mayor confort. Tener un Torino representaba contar con la elite. Y entre 1970 y 1976 fue el auto de alta gama más vendido.
No bajó la guardia. En 1972 se retiró el equipo oficial IKA-Renault del TC por el cambio de reglamento que bajó la cilindrada de cuatro a tres litros, lo que perjudicaba al motor Tornado de 3.770 cm3. La Asociación de Carreras de Concesionarios IKA (ACCIKA) le solicitó 300 cm3 más a la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC), ya que la nueva cilindrada les caía mejor a los Falcon, las Chevy y los Dodge. Ante la negativa de la categoría, los Torinos oficiales se fueron. Pero los que quedaron siguieron dando batalla y su último triunfo en aquella época fue con Luis Rubén Di Palma en las 500 Millas Mercedinas de 1975. La marca estuvo 28 años sin victorias, cuando la sequía la cortó uno de los hijos del "Loco", Patricio Di Palma en Buenos Aires (2003), pero ya con motor Cherokee. En la extinta categoría Supercart, Marcos y Luis Di Palma, se consagraron en 1992 y 1993 con sendos Torinos con impulsores originales.
Corazón de campeón. Su motor Tornado de cuatro bancadas (reemplazado en 1973 por el de siete bancadas) fue exitoso no solo con el propio Torino. Impulsó a los autos campeones en el Sport Prototipo de Eduardo José Copello (1969) y Luis Rubén Di Palma (1971 y 1972). También en la Fórmula 1 Mecánica Argentina motorizando los monopostos del propio Copello (1968), Jorge Ternengo (1969), Emilio Bertolini (1970), Néstor Jesús García Veiga (1973) y el mismo Di Palma (1974).
Titanes en el ring. En su época tuvo a fuertes competidores tanto en la pista como en la calle: Ford, Chevrolet y Dodge. En la versión deportiva que le siguió a la 380 W, la GS, sus rivales eran el Ford Falcon Sprint, la cupé Chevy SS de Chevrolet y la GTX de Dodge. Todos fierrazos, pero el "Toro" tenía el plus de ser un coche concebido en la Argentina. Los otros tres modelos, si bien llegaron a fabricarse en nuestro país, sus orígenes eran estadounidenses. En un desafío hecho por la revista CORSA en el Autódromo de Buenos Aires entre las cuatro marcas en 1975 (con autos de calle), el exponente de Torino fue el que mayor velocidad final alcanzó con 205 km/h y le siguió el Dodge, con 192 km/h. En los mejores tiempos de vuelta a un mismo circuito, fue segundo con 1 minuto y 59 segundos, detrás del Falcon con 1 minuto y 58,6 segundos.
Sentido de pertenencia. A fines de 1981 dejó de fabricarse el Torino, ya estando a cargo solo de Renault. Fueron un total de 99.792 unidades (42.534 del modelo sedán y 57.258 cupés). Hoy hay diversas agrupaciones que honran a este coche con exponentes en excelente estado y en la celebración cordobesa se esperan 400 ejemplares. La marca tiene un fuerte sentido de pertenencia para los argentinos e incluso en el TC cuando gana un Torino suele caerle bien a los hinchas de las otras tres marcas. Es que este auto representó una época de una fiebre sin igual en la industria automotriz criolla. Una mezcla de orgullo y nostalgia porque también el "Toro" es un referente de un país de otros tiempos.
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