Barcelona ya se enfoca en el inicio de la temporada 2019/2020, que tendrá su puntapié inicial ante el público blaugrana el próximo domingo 4 de agosto, en el Camp Nou, cuando reciba al Arsenal de Inglaterra por la Copa Joan Gamper, el tradicional trofeo amistoso. El plantel volverá a entrenarse el martes, aunque Lionel Messi tiene autorización para sumarse el miércoles (tras las vacaciones por la Copa América), no hay que descartar que el capitán lo haga antes; dado que su intención es, como resulta habitual, jugar al menos unos minutos el próximo fin de semana.
Pero el delantero, de 32 años, busca exprimir hasta el último minuto de su merecido descanso. Así fue que se trasladó a Ibiza, en compañía de su esposa, Antonela Roccuzzo, y de sus amigos Luis Suárez, Cesc Fábregas y Jordi Alba, y sus parejas. Allí disfrutaron de la agitada noche de la ciudad en el hotel Ushuaia, donde brindó un recital el cantante Ozuna. Y el astro rosarino y Antonela sorprendieron con un baile sensual que la empresaria subió a su cuenta de Instagram.
Los protagonistas compartieron en las redes el minuto a minuto de su jornada. Desde la llegada en limusina, con la música de la Princesita Karina (ex pareja de Sergio Agüero) de fondo, pasando por los videos de baile de Antonela, Sofía Balbi (la esposa de Suárez) y el propio Lucho, acompañando las canciones de Maluma, los tragos que paladearon y, el plato principal, la "danza" de la pareja estelar.
La agitada noche de los Messi junto con sus amigos
Mientras el boricua Ozuna entonaba en el escenario del hotel la canción "Ibiza", Roccuzzo y Messi se filmaron bailando, con la imagen del cantante de fondo. La primera dama del fútbol, con una sonrisa amplia; el 10 del Barça, cantando compenetrado la letra, incluso entrecerrando los ojos, ensimismado. Las imágenes, claro, hicieron furor en las redes sociales.
Antes de la escala en Ibiza, los Messi estuvieron de vacaciones en las paradisíacas playas de Antigua y Barbuda, donde recibieron la visita de todos sus familiares. Se instalaron durante varios días en el Jumby Bay Island, un exclusivo hotel ubicado en una isla privada a la que solo se puede acceder mediante un barco y que se encuentra a 2 kilómetros y medio de la bahía Dutchman Bay, en Antigua.
Allí, el atacante surgido de Newell's hasta se dio el gusto de jugar al fútbol con sus hijos y con Mackenzie O'Neill, un niño británico que cumplió un sueño al tirar paredes con su ídolo. Y logró quitarse momentáneamente el mal sabor de boca que le quedó en la Copa América, donde Argentina terminó tercera, pero fue perjudicada por el arbitraje en la semifinal ante Brasil y, en el duelo por ingresar al podio frente a Chile, Messi fue expulsado tras una gresca con el defensor Gary Medel, hecho por el que le dieron una fecha de suspensión y recibió una multa de 1.500 dólares.
Todavía tiene abierto un expediente en Conmebol por sus declaraciones, en las que habló de "corrupción" y de que la Copa estaba "armada para Brasil". Esta semana se espera una resolución por parte de la Confederación Sudamericana. Lejos del continente, Messi disfruta de sus últimos momentos de descanso. Y palpita otra temporada muy exigente.
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