"¡Mañana hay guerra y título latino en juego! Mañana expone mi rival el cinturón y se lo vamos a arrebatar. Mañana somos campeones". Hugo Santillán se había mostrado efusivo luego de dar el peso oficial antes de su gran oportunidad de conquistar la corona continental de los ligeros a sus jóvenes 23 años. Estaba lleno de ilusiones.
La que él consideraba una gran oportunidad, terminó siendo su gran condena. El debate que deberá imponerse sobre esta trágica noticia gira en torno a las condiciones de su presentación: ¿falló algún control? ¿fue una fatalidad que no pudo ser anticipada? ¿estaba en condiciones de subir al ring?
"Dinamita" había peleado 35 días antes de su fatal presentación en la ciudad alemana de Hamburgo contra el local Artem Harutyunyan. Había perdido de manera unánime tras 10 rounds. Las tarjetas habían sido contundentes contra él: los jueces le dieron todos los asaltos por perdidos. Había una diferencia de categorías que él mismo se encargó de aclarar en sus redes sociales: "Recién bajo del ring. No se me dio la victoria, pero hicimos 10 rounds palo a palo. En tres categorías más, esta no es mi categoría. Pero vine y me la jugué".
La corona continental de la Organización Internacional de Boxeo (IBO) de la divisional súper ligero que estaba vacante quedó en Alemania. "Huguito" había hecho el esfuerzo de subir hasta la divisional que tiene como límite los 63,500 kg, tras triunfar cuatro meses antes en el peso ligero (61,200kg) contra Sergio Blanco en Villa Constitución (Santa Fe), la ciudad que lo vio nacer.
Sin embargo, en diciembre había sido noqueado en el 5° round por Fabricio Bea en la divisional súper pluma (hasta 58, 900 kg), el peso que había elegido durante la gran mayoría de su escueta trayectoria profesional que se había iniciado en septiembre del 2015. La misma carrera en la que llegó a sumar 19 triunfos (8KO), 6 derrotas (2KO) y 2 empates.
Precisamente las tarjetas habían indicado la paridad en su última vez arriba del ring. El muchacho de 23 años, que llegó a la trágica pelea contra el uruguayo Eduardo Abreu con tres combates sobre el lomo en los últimos seis meses, tenía la esperanza de arrebatarle el título latino plata de la categoría ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Uno de los jueces vio empate (95-95), otro le dio el combate por perdido (94-96) y el restante juzgó sentenció su victoria (97-93).
Nada importó de lo sucedido en esa velada cuando las piernas comenzaron a perder fuerza tras la culminación de los 10 rounds. Mientras escuchaba el fallo, estaba con la cabeza gacha. De golpe, "Huguito" se desvaneció y no volvería a despertar. Lo asistieron sobre la lona y lo trasladaron rápidamente. Entró en coma al hospital y pasó cuatro días internado hasta que su cuerpo dijo basta.
En abril del 2017 había realizado su primera travesía fuera del país cuando viajó a México para intentar adueñarse del título juvenil CMB de la categoría súper pluma contra el local Eduardo Hernández: cayó por nocaut en el tercer round. Tres meses antes, había cedido la corona sudamericana pluma en las tarjetas. Luego de aquellas amargas experiencias y de tres intentos fallidos por conquistar diversos cinturones, se consagró campeón latino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) súper pluma con un KO a Horacio "Látigo" Centeno en junio del 2018.
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