"Fue una hazaña increíble. Los eliminamos cuando ellos tenían a un equipo que brillaba y nosotros estábamos que nos caíamos a pedazos". La frase corresponde a Oscar Ruggeri, uno de los referentes de la Selección que consiguió llevar al equipo nacional a una nueva final en la Copa del Mundo.
El 24 de junio de 1990 la Argentina se midió con Brasil en el encuentro correspondiente a los octavos de final. En Turín, el equipo de Carlos Bilardo logró una hazaña histórica que todavía permanece en el recuerdo colectivo. El "bidón a Branco", las atajadas de Sergio Goycochea, los palos salvadores y el "muchachos, no se la demos más a los de amarillo" del Doctor en el entretiempo transformaron al partido mundialista en una leyenda.
El himno de la competición todavía suena en la memoria de los más nostálgicos. Fue un campeonato que concluyó con el título moral y las lágrimas de un Diego Maradona vulnerable y desconsolado ¿Quién iba a imaginar que cuatro años más tarde iba a sufrir una pesadilla superior con la maldita efedrina?
La tarde veraniega en el estadio de la Juventus marcó un hito que después se convirtió en una canción popular para que la Argentina vuelva a jugar una nueva final en la Copa del Mundo. Después de 81 minutos de sufrimiento, el astro surgido de Fiorito se sacó a tres hombres de encima y habilitó al Hijo del Viento para que el Cani capitalice la apresurada salida de Taffarel y convierta el solitario 1 a 0 que depositó al elenco del Narigón en la siguiente instancia.
Los penales frente a Yugoslavia e Italia fueron las escalas previas hacia el duelo decisivo que no pudo tener el cierre esperado frente a Alemania. Con el reconocimiento de un país bajo el nombre de Héroes Igual (así lo tituló El Gráfico en aquella época), la Selección emocionó con uno de los capítulos más recordados de su historia. Como ocurrió en 2014 y actualmente se escucha en la Copa América, todavía los hinchas no pueden resolver su pregunta retórica. Brasil decime qué se siente…
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