River está a una victoria por dos goles de conseguir el séptimo título internacional en la era Gallardo. El 1 a 0 que sufrió ante Atlético Paranaense, en Curitiba, lo pone ante la obligación de ganar sí o sí en la revancha que se jugará el jueves en el Monumental para quedarse con la Recopa Sudamericana. Si lo hace por un gol, habrá alargue y eventualmente penales. Y para dar la vuelta olímpica directamente necesita un triunfo por dos goles de diferencia. En ese marco, hay motivos que invitan a la esperanza de sus hinchas y otros que dejan en claro que no le será sencillo volver a festejar.
Aquí, los pro y los contra de River de cara a un desquite que ya desde la semana pasada tiene entradas agotadas.
River puede porque:
1 – Paranaense dejó pasar en Brasil una muy buena oportunidad de sacar una ventaja difícil de remontar. Perder nunca es bueno, pero el 1 a 0 en contra terminó siendo un resultado poco menos que alentador para River, en especial si se repara en la clara superioridad que Paranaense ejerció en el Arena da Baixada. En el Monumental, suponen en el plantel y en el cuerpo técnico de River, el juego se desarrollará de un modo diferente y el equipo brasileño no contará con las facilidades que dispuso en Curitiba. Lejos de eso, River prepara un partido jugado casi permanentemente en el campo rival y con una fuerte intensidad física, similar al que disputó contra Atlético Tucumán en aquel 4 a 1 que resultó insuficiente en la Copa Superliga. Y en Núñez no pierden de vista que Paranaense perdió los tres partidos que jugó fuera de Brasil en la fase de grupos de la Libertadores: ante Deportes Tolima (1 a 0), Jorge Wilstermann (3 a 2) y Boca (2 a 1).
2 – Para River, jugar finales internacionales en el Monumental es sinónimo de alegría. Jugó siete y en todas terminó dando la vuelta olímpica. En 1986 venció 1 a 0 a América de Cali y obtuvo su primera Copa Libertadores. Al año siguiente se quedó con la Copa Interamericana tras superar 3 a 0 a Deportivo Alajuelense de Costa Rica. Un triunfo 2 a 0 ante América de Cali le dio en 1996 la segunda Libertadores. En 1997 levantó la Supercopa luego de ganarle 2 a 1 a San Pablo. Ya durante el ciclo de Gallardo, en 2014 quebró una racha de 17 años sin títulos internacionales al vencer 2 a 0 a Atlético Nacional de Medellín en la segunda final de la Sudamericana. En 2015, un 3 a 0 frente a Tigres de México lo consagró en la Libertadores. Y la última final en la que festejó de local fue en 2016: logró la Recopa, después de ganarle 2 a 1 a Independiente Santa Fe de Bogotá.
3 – El River de Gallardo es un especialista en resolver a favor las series mano a mano, tanto a nivel internacional como nacional. Jugó 55 y se impuso en 44. Los once equipos que le ganaron fueron: Rosario Central dos veces y Gimnasia y Esgrima La Plata, por la Copa Argentina; Huracán y Lanús, por la Supercopa Argentina; Huracán, por la Copa Sudamericana; Lanús e Independiente del Valle, por la Libertadores; Barcelona y Al Ain, en el Mundial de Clubes; y Atlético Tucumán, en la Copa Superliga.
River la tiene complicada porque:
1 – Paranaense demostró ser un equipo interesante, con buen manejo de pelota, mucho despliegue físico y rapidez para las transiciones defensa-ataque. Las proyecciones de Jonathan y especialmente de Renán Lodi, a quien el equipo brasileño decidió no ceder para jugar el torneo Esperanzas de Toulón, complican a los rivales y River los sufrió en Curitiba, al igual que a la capacidad goleadora de Marco Ruben. También padeció la velocidad de Nikao y de Rony, los extremos. Y Bruno Guimaraes, Wellington y "Lucho" González dejaron en claro que conforman un mediocampo con capacidad de quite y lucidez.
2 – Le costó bastante durante la era Gallardo ante los equipos brasileños en el Monumental. De los seis partidos que jugó, solamente ganó uno, perdió dos y empató tres. Chapecoense, al que venció 3 a 1 en la Sudamericana 2015, fue su única víctima brasileña en Núñez. Luego cayó frente a Cruzeiro y Gremio, en ambos casos por 1 a 0, en las Libertadores 2015 y 2018, respectivamente. Y los repartos de puntos fueron ante San Pablo (2016), Flamengo (2018) e Inter de Porto Alegre (2019).
3 – Si no funciona el equipo titular, ya no cuenta con tantas variantes ofensivas a las que echar mano. Si vuelven a comenzar el juego Matías Suárez y Lucas Pratto, le queda un solo delantero como alternativa: el colombiano Rafael Borré, quien atraviesa un presente más bien flojo. Tiene lesionado a Ignacio Scocco y Julián Alvarez se encuentra en Polonia con la Selección Argentina Sub-20. Y de los mediocampistas ofensivos que posee, solo Nicolás De La Cruz está disponible en los hechos para Gallardo, ya que al colombiano Jorge Carrascal (irá al banco de suplentes nuevamente) no lo tiene en cuenta y rescindirá su contrato a mitad de año, Juan Fernando Quintero se recupera de la rotura de ligamentos y Cristian Ferreira también está en Europa jugando el Mundial Sub-20.
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