El cambio histórico que asoma en el Turismo Carretera

Por Darío Coronel

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La permanencia del TC en
La permanencia del TC en el corazón del simpatizante argentino del automovilismo es algo difícil de explicar fronteras afuera. Más de ochenta años de protagonismo. ACTC

El Turismo Carretera es un fenómeno popular que supera al automovilismo nacional. Es algo que forma parte del imaginario colectivo de los argentinos. Con 82 años se trata de la categoría más antigua del país y del mundo, según el Guinness World Records. La figura de sus autos es un tema sagrado para el público a pesar de que son cuatro modelos que hoy cobran vida siendo prototipos. En un futuro los responsables de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) apuntan a que las carrocerías de los Ford, Chevrolet, Dodge y Torino cuenten con parte de su fisonomía original. Esto es incluir en la trompa la parrilla de frente y ópticas, pero solo a modo estético.

La tradición en la octogenaria divisional hizo que en oportunidades el público se resistiera al cambio. Alcanza con recordar los piedrazos que recibió en 1965 el "Chevitu" de Jorge Cupeiro porque ganaba carreras y atentaba contra las clásicas cupecitas. Era el revolucionario Chevrolet Nova II de dos puertas que José Froilán González (primer ganador con Ferrari en F-1) importó de los Estados Unidos con el objetivo de empezar a modernizar el parque. Aquel auto, que fue pionero de los llamados "medianos" (por su tamaño), le peleó el título a Dante Emiliozzi (cuatro veces campeón) quien manejaba la "Galera", con su hermano Torcuato como acompañante. Hoy esa cupé Ford, que tuvo el primer motor V8 con válvulas y árbol de levas a la cabeza en el planeta, descansa en el museo dedicado a los "Gringos" de Olavarría.

Fue duro dejar atrás a los coches que fundaron al TC. Una metamorfosis que incluyó a los sport prototipos, que al poco tiempo tuvieron su propia y efímera categoría (1969-1972). Mientras que los modelos que siguieron al Chevitu fueron los que hoy identifican a la especialidad, pero que desde hace décadas no se fabrican en el país: el Ford Falcon, en 1991; el Chevrolet Chevy, en 1978; la cupé Dodge GTX, en 1978 y el Torino, en todas sus versiones, en 1982. Es decir, hace medio siglo que la gente sigue a los mismos coches más allá de las modificaciones que han tenido en su carrocería con la aerodinámica, medidas de seguridad, como los pontones (protecciones laterales), y gomas cada vez más anchas. Lo propio con otras variantes técnicas, por caso el motor, que desde 2015 emplea uno de 24 válvulas que reemplazó al histórico varillero de seis cilindros en línea. Éste fue la segunda gran novedad técnica que hubo en los últimos 50 años luego del reemplazo de las cupecitas.

Los autos del TC y
Los autos del TC y adelante la Copa de Oro que se le entrega al piloto campeón (Prensa ACTC)

Es tan arraigada la cultura por este tipo de coches que una noche de verano de 1978 no se vio con buenos ojos la irrupción triunfal de un Dodge 1500 conducido por José Miguel Pontoriero, en una de las recordadas carreras para no ganadores en Buenos Aires. Los entonces dirigentes de la ACTC no dieron lugar a la continuidad de los "compactos", como se los conocía a esos autos, y que al año siguiente derivaron en el nacimiento de la otra categoría top del país, el TC 2000, hoy con el nombre de Súper TC 2000.

Cabe aclarar que con tal de conservar la forma de las cuatro marcas y ante la casi imposibilidad de conseguir estos autos originales, que ya son casi de colección, desde 2013 que existe lo que podría denominarse la "fábrica de TC". Se trata del Taller Jakos donde se hacen las estructuras de los coches que incluyen las jaulas antivuelcos. A partir de ahí, los equipos o pilotos se las compran a la categoría y en base al reglamento técnico completan el trabajo con el enchapado que le termina de dar forma a los Falcon, Chevy, Dodge y Torino.

Con el correr de los años se especuló que estos cuatro modelos debían reemplazarse. Que había que modernizarse. Pero a medida que pasó el tiempo esta clase de coches se hizo más fuerte y hoy parecen irremplazables a pesar de la opinión de Juan María Traverso (seis veces campeón de la categoría) quien propuso a los "Muscle Cars" americanos. "Cambiaría por los Ford Mustang, Chevrolet Camaro y Dodge Charger", planteó el Flaco a fines de marzo en una entrevista con Carburando. Tras su opinión, en la carrera siguiente se hizo un relevamiento con el público y la respuesta de la mayoría fue mantener a los actuales autos.

Pero ¿qué lleva a un joven de 25 años o menos adorar a vehículos que no se fabrican hace décadas?, ¿por qué se identifican con autos cuya circulación en la calle es casi nula?, ¿cómo se convocan a 30.000 personas o más en casi todas las carreras? La respuesta está en la herencia familiar basada en el folclore "teceísta". Ese que es parte del gen fierrero de los argentinos. El tuerca ama al TC por su historia, esa que superó las ocho décadas y se mantuvo a pesar de todas las vicisitudes que vivió el país desde el 5 de agosto de 1937, cuando se largó la primera de sus 1.247 carreras.

Los fanáticos del automovilismo en
Los fanáticos del automovilismo en Buenos Aires (Prensa ACTC)

En tanto que el actual presidente de la ACTC, Hugo Mazzacane, si bien también defiende a estos modelos, planteó un cambio que puede mover el tablero, aunque mantiene la esencia. "Hay mucha gente que no está en el día a día del automovilismo y le cuesta distinguir a los autos. Por eso con estas trompas nuevas se podrían identificar los coches, pero sin perder la paridad entre las marcas. Por eso será necesario probar mucho y tener bien controlado el tema. Me gusta ese diseño y que cada coche tenga su trompa. Es un tema analizado por la comisión directiva y ese es el camino que en unos años tendrá el TC", sorprendió el dirigente en diálogo con el programa Posición 1.

Más allá de las intenciones de Mazzacane, de momento la categoría no difundió ningún boceto de forma oficial. Pero hay diseñadores que echan a volar su imaginación y que proponen cómo podrían llegar a lucir los autos con estas modificaciones. Son solo ideas, pero sirven como primeras referencias. Por ejemplo los renders de los Torino corresponden al chileno Facundo Castellano Davila y al platense Marcelo Romero. Hasta hay otros que no van solo por la trompa y plantean más cambios como la Chevy diseñada por V-Racer, una de las empresas de simuladores más importantes de la Argentina.

Boceto del Ford Falcon
Boceto del Ford Falcon

¿Es viable esta posibilidad? Para profundizar el tema Inbobae habló con algunos referentes técnicos del TC. "Es la intención de la comisión directiva de la ACTC, pero, de confirmarse, sería para 2021. Soy el responsable de fabricar las trompas para la categoría y tal vez se haga algún ensayo hacia fin de año. Si el tema prospera, en dos meses puede haber trompas para todos los autos", afirma el chasista Walter Alifraco. "Al elevarse la parte frontal, es posible que el auto pierda estabilidad adelante y eso haga más complicado su manejo. Por ende podrían llegar a darse más posibilidades de sobrepaso", agregó el ex piloto, que es propietario de un equipo en la especialidad.

"Sé de la idea y me gusta, pero de momento la comisión directiva no me bajó una línea al respecto. Una vez que se decida habría que probar y establecer la carga aerodinámica y potencia que hoy tenemos. Ese ensayo se deberá planificar de forma muy completa para ver cómo responden los autos", sostuvo Alejandro Iuliano, responsable técnico de la ACTC. "Cabe destacar que a diferencia de las trompas actuales, este proyecto implica un tipo de diseño para cada marca. Es posible que al principio haya desajustes y que tal vez se pierda la paridad que tenemos hoy en la clasificación de ver 30 autos en un segundo", aclaró el ingeniero.

Boceto del Torino
Boceto del Torino

"Es viable. Sería bueno por dos cosas: para la gente, para que vuelva a tener algo de los autos originales. A su vez, los coches lucirían mejor en su estética si con tiempo se hace un buen trabajo de diseño. Pero también se podrá mejorar el espectáculo ya que los autos tendrían más resistencia al avance", manifestó Alberto Canapino, uno de los chasistas más exitosos del TC, con diez títulos en total. Entre otros el técnico arrecifeño supo consagrarse dos veces con el propio Traverso y Guillermo Ortelli, y tres con su hijo, Agustín Canapino, el actual monarca.

Por otro lado, este medio también habló con un piloto de cada marca para saber su parecer. "Me da lo mismo qué trompa se pueda usar. Tampoco me parece importante la forma de los autos siempre y cuando se den buenos espectáculos y se puedan poner las publicidades para que se vean. En definitiva podemos correr porque nos bancan los sponsors y porque el público va a las carreras", indicó Facundo Ardusso (Torino), quien ya ganó en el año y pelea el campeonato.

Boceto del Chevrolet
Boceto del Chevrolet

En sintonía con Ardusso está Gabriel Ponce León. "No sé si las cambiaría por un tema de espacio para la publicidad. Las dejaría como están", manifestó el tricampeón de TC 2000. El piloto de Junín representa a una raza en extinción en el TC atendiendo su Ford con un equipo familiar. Desde ese punto es entendible su opinión ya que la trompa es uno de los lugares de mayor exposición visual en el auto.

"Es interesante. Lo veo muy positivo. Es cierto que hoy las cuatro marcas están parejas en el reglamento técnico, pero algo hay que hacer para mejorar el espectáculo y debería ser prioridad. No sé si este año, pero a más tardar el que viene se debería hacer un cambio", aseguró Jonatan Castellano (Dodge). El Pinchito es el subcampeón e hijo de Oscar Castellano, tricampeón entre 1987 y 1989.

Boceto del Torino
Boceto del Torino

"No estoy muy al tanto del tema, pero si es una medida que permita que haya más sobrepasos, la acompaño, como todo lo que contribuya a mejorar el espectáculo", afirmó el mismo Ortelli (Chevrolet), siete veces campeón de TC y segundo el más laureado en la historia detrás de Juan Gálvez, quien consiguió nueve cetros.  

De concretarse este proyecto sería el tercer cambio más importante en la historia sobre los vehículos de TC. Si bien costó al comienzo, hace 50 años la categoría logró adaptarse y empezó recibir al tipo de coche que compite en la actualidad. Estos modelos, por más que hoy sean representados por prototipos, lograron mantenerse en estas décadas y su vínculo con la gente es cada vez más fuerte. Por eso la ACTC mira hacia el futuro buscando modernizar la estética de sus autos, pero sin perder su ADN.

Boceto del Chevrolet
Boceto del Chevrolet

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