Ya pasaron cinco años del día que Juan Román Riquelme se puso la 10 de Boca por última vez. Con Carlos Bianchi en el banco, uno de los grandes futbolistas de la historia del club fue el capitán del equipo ese día, que terminó con una victoria por la anteúltima jornada del Torneo Final 2014.
Aquel 11 de mayo, en una tarde fría y en la que el clima no acompañó, hubo otro protagonista en la tarde-noche de La Bombonera: el público, que con carteles acompañó el pedido para que Daniel Angelici le renovara el contrato a su máximo ídolo. En las adyacencias del estadio, los pasacalles, las paredes de los edificios cercano al estadio ubicado en Brandsen 805 hablaron por sí mismas.
"Quedate, Román", "Riquelme no se va" y "Para Román renovación ya", fueron algunos de los mensajes elegidos por los fanáticos de Boca para pedir por la continuidad del número 10 en la previa del partido contra Lanús, por la fecha 18 del campeonato local. La relación entre el futbolista y el presidente del club no era la mejor, lo que sumó para que la continuidad no se active.
Ya en el ingreso de Boca, la cancha explotó con el "Riqueeeelme, Riqueeeelme", un cántico que se hizo cada vez más ensordecedor con el paso del tiempo, a pesar de esos años en los que Juan Román se fue del club para jugar en el Barcelona o en el Villarreal de España.
La victoria por 3-1 ante el Granate, que tenía en el banco a Guillermo Barros Schelotto, no cambió el destino final del torneo. River se consagró campeón de la máxima categoría del fútbol argentino, mientras el Xeneize terminó en el segundo puesto de la tabla, con 32 puntos. Los goles de Emmanuel Gigliotti, Nicolás Colazo y Claudio Riaño se sumaron a la fiesta que los hinchas le prepararon a Riquelme.
Ese día no hubo fuegos artificiales ni se montó un show especial para la despedida del jugador que ganó tres Copas Libertadores con el club. Ese día, Román fue el de siempre. El que se enojó con un rival que, luego de que él protegió la pelota con su clásica postura, lo empujó hasta que le cometió falta. ¿Qué hizo Riquelme? Una vez que el árbitro marcó la infracción, el mediocampista agarró la pelota y se la mostró al futbolista granate.
La otra joya de la noche sucedió a los 20 minutos del epílogo. Boca construyó una buena jugada en el sector de los palcos de La Bombonera y, cuando lo asistieron a Román, el 10 hizo un amago con la pierna derecha y dejó pasar la pelota, que le pasó entre las piernas a Carlos Izquierdoz, hoy futbolista del club xeneize. A pesar que la intención de asistir a Gigliotti no prosperó, la jugada provocó que el público se rompa las manos para aplaudir a su jugador predilecto y cante el famoso "Riqueeeelme, Riqueeeelme…".
Ya en el final, con el triunfo sentenciado, el mejor técnico de la historia de Boca, según la propia elección de Riquelme, le otorgó a uno de sus futbolistas más queridos, un último aplauso en la ovación de la gente. Antes del cambio por Sánchez Miño, Román caminó hasta el banco, miró a los palcos donde estaba su familia y los saludó a todos.
Un abrazo con Bianchi selló el final de la historia del Riquelme como futbolista con Boca. Porque su imagen, después de ese día, se transformó en legendaria.
SEGUÍ LEYENDO: