La charla entre Gallardo y De La Cruz que marcó un quiebre en el nivel del uruguayo

El enganche uruguayo atraviesa su mejor momento desde que llegó a River. Qué cosas cambiaron para que su rendimiento experimentara la levantada actual

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Nicolás de la Cruz, figura de River en los últimos partidos (Télam)
Nicolás de la Cruz, figura de River en los últimos partidos (Télam)

La charla ocurrió una vez consumada la ida de Gonzalo Martínez al Atlanta United. Cara a cara en un rincón del complejo de River en Ezeiza, Marcelo Gallardo le dijo a Nicolás De La Cruz, palabras más, palabras menos. "Esta es tu oportunidad. Ahora vas a tener muchas más chances de mostrarte. Siempre confié en vos y sé que la vas a aprovechar. No tengo dudas de que vas a hacer un buen trabajo", lo arengó el Muñeco, convencido de que el uruguayo pasaría a ser el jugador con mayor capacidad de desequilibrio individual en su plantel luego de la venta del "Pity" a la franquicia estadounidense. De La Cruz, que siempre tuvo fe en sí mismo, se fue de esa charla con la convicción de que ese cambio en el mapa del plantel sería determinante para su carrera en River.

En efecto, eso es lo que está ocurriendo: el protagonismo del uruguayo creció de manera exponencial desde que arrancó el año y el viernes, en la goleada 6 a 0 ante Aldosivi, no solo marcó más de un gol por primera vez en un partido desde que está en River, sino que anotó su primer hat trick y de recuerdo se llevó la pelota firmada por todos sus compañeros y por el propio Gallardo, quien lo felicitó muy especialmente.

Entre otros argumentos, en el buen nivel de De La Cruz radica el hecho de que River no extrañe a "Pity" Martínez ni sufra por la ausencia de Juan Fernando Quintero, convaleciente de una rotura de ligamentos cruzados y al margen de los partidos del equipo al menos hasta septiembre. Al menos hasta ahora, los rendimientos colectivos no se resintieron ni siquiera tras las partidas de Jonatan Maidana y el "Pity", el retiro de Rodrigo Mora y las lesiones de Milton Casco, Ignacio Scocco (difícilmente puedan jugar antes de la pretemporada), Exequiel Palacios y Enzo Pérez (los dos últimos ya recuperados).

El uruguayo convirtió tres goles ante Aldosivi (Telam)
El uruguayo convirtió tres goles ante Aldosivi (Telam)

De La Cruz llegó a River en agosto de 2017, con 20 años, y la gran inversión que realizó el club fue en consonancia con lo que pensaba Gallardo de él. River le pagó a Liverpool de Uruguay 4.000.000 de dólares por el 30% del pase del mediocampista ofensivo, considerado por el Muñeco como la mayor promesa del fútbol sudamericano. Eso, al menos, fue lo que el técnico les dijo a los dirigentes de River y a Enzo Francescoli, el secretario técnico del club, al insistirles para que trataran de contratarlo, y más después de que el Milan manifestara su interés por comprarlo. El contrato de De La Cruz, que se extiende hasta junio de 2021, tiene una cláusula de rescisión de 22.000.000 de euros.

Los primeros partidos del uruguayo en la Argentina dejaron al descubierto dos cuestiones: para destacarse en un fútbol tan competitivo y físico, tendría que crecer en cuanto a su contextura (mide 1,67 y pesaba 65 kilos; ahora, 68) y debería comenzar a desprenderse más rápido de la pelota pues la fricción le jugaría indefectiblemente en contra. "Marcelo le pedía que la largara más rápido también porque le pegaban mucho y sufría el juego brusco de los rivales", comenta a Infobae una persona muy cercana al entrenador.

Dueño de una fuerte personalidad, De La Cruz nunca dejó de confiar en sus condiciones, incluso en los momentos en que los murmullos de muchos hinchas de River se volvían indisimulables para él. "A veces hay que tener paciencia", remarca Gallardo. Y el uruguayo le agradece al técnico el hecho de haberlo respaldado en todo momento: "Me costó mucho. Por suerte Marcelo y mis compañeros siempre me apoyaron, y yo nunca bajé los brazos. Necesitaba un partido como el que tuve con Aldosivi para encontrarme con la gente. Cada vez me siento mejor".

De la Cruz llegó a River en 2017 (Reuters)
De la Cruz llegó a River en 2017 (Reuters)

De La Cruz -hermano de parte de madre de Carlos Sánchez, otro uruguayo que supo darle muchas alegrías a River- corre con una ventaja: en el fondo, es otra batalla sorda que Gallardo también quiere ganar. Siempre tuvo confianza en el talento del uruguayo y por eso nunca dejó de respaldarlo, al punto de que llegó a pedir públicamente "paciencia" para con De La Cruz, algo similar a lo que en su momento hizo con "Pity" Martínez.

Una operación de meniscos, en abril de 2018, demoró su adaptación al fútbol argentino: recién volvió a jugar en la segunda mitad del año pasado y la fuerte competencia interna, con "Pity" Martínez, Juan Fernando Quintero y hasta el juvenil Cristian Ferreira peleando para jugar en su puesto, también le jugó en contra, más allá de que Gallardo nunca dejó de confiar en sus condiciones. Este año ya jugó 17 partidos y anotó cuatro goles: uno de tiro libre ante Inter, en el 2 a 2 que River consiguió en Porto Alegre tras ir perdiendo 2 a 0, y los tres que convirtió el viernes frente a Aldosivi.

Gallardo le dio confianza al jugador (AFP)
Gallardo le dio confianza al jugador (AFP)

Lejos de tener un destino fuera del club como les ocurrió a otros jugadores que en su momento no rindieron como Joaquín Arzura, Tabaré Viudez, Nicolás Bertolo, Carlos Auzqui o Iván Rossi, De La Cruz fue tenido en cuenta por Gallardo para todos los partidos de este año, salvo cuando debió viajar a Uruguay por la muerte de su abuela y se perdió los encuentros ante Palestino, por la Copa Libertadores, e Independiente, por la Superliga.

Así, en lo que va de 2019 jugó diecisiete encuentros y exhibe un nivel creciente de juego, filoso para gambetear, despierto para soltar rápido la pelota e inteligente para pisar seguido el área rival. En un River que se reinventa permanentemente, De La Cruz busca consolidarse como un jugador confiable para Gallardo y para el público, que cada vez lo mira menos de reojo y le regala aplausos en reconocimiento a su notable repunte.

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