Llamadas internacionales, reuniones en diferentes lugares de Sudamérica, charlas entre personas de distintas nacionalidades y con diferentes acentos. El próximo mercado de pases de River ya se puso en marcha y Enzo Francescoli, el manager del club, está al tanto de que Marcelo Gallardo pretende un mínimo de dos caras nuevas para la segunda mitad del año y de que los puestos prioritarios a reforzar son la zaga central y la delantera.
En las últimas horas se conoció una novedad de impacto: Gallardo llamó a Nicolás Otamendi, quien a mitad de año quiere marcharse del Manchester City porque no está entre las prioridades de Pep Guardiola, y el defensor de la Selección no le cerró la puerta, pero le aclaró que su desembarco en Núñez no será sencillo por el abultado contrato que percibe en el club inglés. Fanático de River, Otamendi mostró en sus redes sociales la alegría por la obtención de la última Copa Libertadores ante Boca en Madrid y desde el Monumental lo interpretaron como un guiño. Por eso se concretó el llamado del Muñeco al ex Vélez. ¿Las sensaciones iniciales? Su incorporación para fines de junio es una misión más que compleja. "Tendría que venir a préstamo y resignando mucho sus pretensiones económicas. De otra manera no se me ocurre que pueda venir", le dijo a Infobae una fuente cercana a las negociaciones, que agregó otro detalle a tener en cuenta: "La relación de Eugenio López (el representante de Otamendi) con River no es la mejor, aunque eso no sería impedimento para que se concrete la operación, llegado el caso. La voluntad y la predisposición del jugador serán decisivas".
Para Gallardo, las prioridades son sumar un marcador central y un atacante. Y dos de los nombres que pretende ya estuvieron en su radar en el mercado de pases del verano argentino y tienen el mismo apellido: Díaz. Paulo, el defensor chileno capaz de jugar en los cuatro puestos de la última línea, y Luis, el explosivo extremo del Junior de Barranquilla, podrían llegar a River para la segunda mitad del año.
Paulo Díaz, actual jugador del Al-Ahli de Arabia Saudita y conocedor del fútbol argentino por haber jugado en San Lorenzo entre 2016 y 2018, se muere de ganas por ponerse la camiseta de la banda roja. Y Luis Díaz, por quien Junior pidió 10.000.000 de dólares a principios de año, les rogó a los dirigentes del club colombiano que bajen sus pretensiones para poder sumarse a River, luego de frustrarse la chance de ser transferido al Cardiff City, de Gales. Son dos futbolistas jóvenes, con proyección y poder de reventa: Paulo tiene 24 años y Luis, 22.
En tanto, en los pasillos del Monumental se escucha cada vez con mayor fuerza el nombre de Jeremías Ledesma, uno de los arqueros con mejor presente del fútbol argentino. Nacido en Pergamino hace 26 años, es el elegido por Gallardo en caso de que Franco Armani se vaya al fútbol europeo, tal la búsqueda de sus representantes, Nicolás Petrópulos y Martín Araoz. Armani ya logró más de lo que había soñado con la camiseta de River: ganó dos finales ante Boca, la de la Supercopa Argentina en Mendoza y nada menos que la de la Libertadores en Madrid, e incluso logró mantener su arco invicto durante 965 minutos, récord para River en Primera División. Jugó el Mundial de Rusia para Argentina, ahora pelea con Esteban Andrada por la titularidad en el arco de la Selección para la Copa América y, a los 32 años, le quedan pocos casilleros por llenar: por caso, jugar en algún equipo europeo, como se ilusionaba en los potreros de Casilda, su pago chico.
Al margen de la posible ida de Armani, Gallardo también piensa en Ledesma por otros motivos. El contrato de Enrique Bologna finalizará a mitad de año y River no se lo renovará. Y la situación de Germán Lux está en una nebulosa: mientras River afirma que su vínculo con el club finalizará en junio de 2020, en el entorno del arquero sostienen que se cumplirá a mitad de este año y que el club de Núñez tiene prioridad para renovarlo por un año. Ante esa sugestiva situación, que se hable tanto de Ledesma tiene cada vez más razón de ser.
Ledesma, por cuyo pase Central pretende unos 5.000.000 de dólares, suele afirmar entre sus íntimos que no aceptaría pasar a ningún club argentino para ser suplente. Ahora bien, ¿qué ocurriría si Gallardo lo tienta para sumarlo en junio y le dice que tenga paciencia entre los relevos hasta fin de año, cuando podría concretarse la ida de Armani a Europa? Por ahora, todo forma parte del terreno de los rumores, las suposiciones y los interrogantes.
El presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, ya reconoció que el club necesita vender al menos un jugador. Por eso desde la dirigencia aguardan alguna oferta formal por Lucas Martínez Quarta, Rafael Borré, Exequiel Palacios o Ignacio Fernández, los principales candidatos a ser negociados. De los tres, al que prefieren conservar durante mayor tiempo es a Palacios, quien además es firme candidato a jugar la Copa América con Argentina. River necesita concretar una venta importante, superior a los 10.000.000 de dólares, para incorporar refuerzos y además para aliviar a su tesorería. Mientras tanto, trabaja para encarar la segunda mitad del año con el objetivo entre ceja y ceja de lograr su quinta Libertadores.
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