Los penales de aquella definición en Catamarca
Sucedió el 7 de noviembre de 2012, en el Estadio Bicentenario Ciudad de Catamarca. Gustavo Alfaro le ganó a Boca. En realidad, Alfaro, acompañado por Lisandro López, Iván Marcone y Darío Benedetto (quien estuvo en el banco de suplentes). El Arsenal de "Lechuga" se quedó con la primera edición Supercopa Argentina por penales (igualaron 0-0 en el tiempo regular) y dio comienzo al maleficio del "Xeneize" en esta competencia a partido único: el trofeo está ausente en las vitrinas de la Ribera. Esta noche, desde las 21.10 en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, Boca buscará bordarse la estrella frente a Rosario Central.
El conjunto del Viaducto se había consagrado campeón del Clausura 2012, consiguiendo el derecho de disputar la Supercopa Argentina. Boca había ganado la Copa Argentina 2011/2012 (también el Apertura 2011). Durante los 90 minutos del encuentro, arbitrado por Pablo Lunati, ambos equipos ofrecieron un espectáculo sin mayores emociones y por eso hubo que recurrir a la definición con remates desde el punto penal para consagrar al campeón. Julio César Falcioni y Alfaro, dos ajedrecistas tácticos, cumplieron con la mitad del trabajo, el defensivo, pero no consiguieron que sus conjuntos abrieran el marcador.
El conjunto de Sarandí, incluso, fue un poco más peligroso y tuvo sus mejores chances a través del colombiano Carlos Carbonero, quien estrelló un remate en el travesaño y un cabezazo en el poste. Pero la suerte de la final quedó en los pies de los ejecutantes y en los guantes de los arqueros Oscar Ustari y Cristian Campestrini, a la postre, el héroe de la definición.
Arsenal se impuso 4-3 desde los 12 pasos. Ni Lisandro López ni Iván Marcone, hoy piezas fundamentales para el "Xeneize", tuvieron la responsabilidad de patear. Tampoco el "Pipa" Benedetto, que sufrió desde el banco de relevos.
Fue un duelo de dos porteros con buena intuición. Ustari atajó los remates de Juan Pablo Caffa y el colombiano Carbonero. Santiago Silva, Paul Fernández y Rolando Schiavi convirtieron para los de Falcioni. Pero Campestrini contuvo los remates de Matías Caruzzo y Leandro Paredes. Y, en el cara a cada decisivo, frente a Nicolás Colazo, se arrojó hacia su derecha y logró desviar el potente intento del hoy futbolista de Tigre. El arquero se arrodilló, no pudo contener las lágrimas, se cubrió el rostro con los guantes. Y sus compañeros se hicieron racimo a su alrededor para celebrar.
Gustavo Alfaro, conforme, vestido con un saco negro y una camisa blanca y negra a bastones, con la credencial que lo habilitaba para estar en el campo de juego aún colgando del cuello, festejó con mesura, con una media sonrisa. Le dejó los arranques de euforia a sus pupilos. "Lechuga", hoy de 56 años, cosechó cuatro vueltas olímpicas en el "Arse". Y hoy buscará repetir en las filas de su derrotado en 2012.
Luego de aquella final, Boca jugó dos Supercopas Argentina más: perdió 4-0 frente a San Lorenzo en 2015 y contra River 2-0 en 2018. Contra el "Canalla", intentará quebrar el maleficio que inauguró Alfaro.
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