La dramática confesión de una ex figura de Boca y River: "Pensaba en apuntarle a una columna de la Panamericana"

Claudio Cabrera fue un elegante mediocampista central que debió interrumpir su carrera por las lesiones. Y ofreció un crudo testimonio sobre las dificultades que atraviesa un futbolista para sobrellevar la idea del retiro

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El relato del "Chacho": el dolor por el retiro, en primera persona

"Yo me imaginaba siendo un jugador con una carrera longeva, no fumé nunca en mi vida, no tomo bebidas alcohólicas… Fui concebido para jugar al fútbol, era lo que soñaba, y lo que vino después sí estaba escrito en el libro del destino, pero yo no lo sabía".

Mediocampista central elegante, dueño de los compases del equipo, Claudio Cabrera pasó por Huracán, Vélez, River y Boca en las décadas del 80 y 90, pero las lesiones en su rodilla derecha le retacearon la carrera. Y si bien tuvo varios intentos de reverdecerla, el físico no se lo permitió. Y la herida resultó honda, difícil de sobrellevar.

Días después de que fue encontrado muerto José Luis Toresani, otro ex River y Boca, quien padecía una profunda depresión, el "Chacho" dialogó con TyC Sports y ofreció una dramática radiografía de su sufrimiento tras el retiro, al punto que pensó en quitarse la vida.

"El fútbol tiene un lado muy cruel, no tiene amigos, no le importa si jugás bien o mal. El sistema es tan cruel como el fútbol mismo. En cualquier otra profesión… (hace una pausa, busca las palabras). Los hijos de mis hijos te van a ver en la tele haciendo notas, al futbolista, no", utilizó el ejemplo del periodista Germán Bellizzi para explicar su punto. Y volvió a poner en primer plano la falta de asistencia que tienen los futbolistas que se encuentran en el epílogo de sus carreras y no tienen claro cómo continuar.

"La conjugación del fútbol en mi vida es devastadora, tiempo pasado. Cuando te encontrás con alguien y el papá le dice al hijo: '¿Sabés cómo jugaba éste?' El efecto que provocó el retiro en mí fue devastador", continuó Cabrera con su relato.

"No encontré en la vida nada que a mí me hiciera transpirar las manos como el momento previo, cuando me estaba vistiendo en el vestuario. Incorporé actividades para ocupar mi cabeza y no pensar en una decisión drástica", comenzó a abrir la puerta de sus pensamientos más íntimos y crudos.

"Años se me pasó por la cabeza una decisión drástica. Lo pensé, lo medité, bah, menos mal que no lo medité, porque si lo meditaba podría haberlo concretado. Me frenó el miedo de que no resultara. A mí me gusta andar fuerte con el auto, me gusta la velocidad. Entonces decía: 'Le apunto a una columna en la Panamericana'. Y nunca pegué el volantazo, por miedo a que no me quitara la vida", testimonió sobre su momento más oscuro.

Cabrera explicó que hizo terapia "de grande" para superar el retiro. "Estás muy vacío por dentro", describió la sensación que lo gobernó. "No es el fútbol, es la pelota, es el amor más puro y genuino. Los hijos, el matrimonio, una novia, van por otro carril. Es otro mundo. El amor por el fútbol es algo…", explicó. "A mis hijos les diría de ir para adelante si quieren ser futbolistas, pero por supuesto los prepararía para el día después", concluyó.

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