Nadie le regaló nada a Facundo Campazzo en su carrera. Gracias a su esfuerzo, dedicación para entrenar los aspectos de su juego que necesitaba mejor, y a su ser competitivo, un signo distintivo en el cordobés, el presente lo encuentra instalado entre los mejores, sino como el base de mejor actualidad del básquet en Europa.
Su forma de jugar provocó una revolución en el Real Madrid. Lo convirtió en un conjunto frenético en ataque, pero que al mismo tiempo siente la seguridad de tener a Campazzo en la conducción del ataque. Tanto es así que, gracias a una gran performance del 7 de la Casa Blanca, el conjunto madridista superó 3-0 al Panathinaikos en la serie de cuartos de final de la Euroliga, lo que confirmó una nueva presencia del equipo en el Final Four.
La historia de Facundo en el deporte se inició en su provincia, Córdoba. Después de dar sus primeros pasos, decidió probar suerte en Mar del Plata, la casa de dos históricos clubes de la Liga Nacional argentina como lo son Quilmes y Peñarol, equipo que finalmente lo fichó entre sus filas.
Corría la temporada 2008/2009 y Sergio Hernández, el actual entrenador de la selección argentina y por entonces DT del Milrayitas, puso toda su confianza en aquel joven inexperto, pero que le imprimió una cuota de frescura a un equipo que, en los próximos cuatro años consecutivos, sería el dueño del básquet argentino con Campazzo como el mejor con tan sólo 20 años.
Después de haber tenido su primera experiencia olímpica con la Selección en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (Argentina perdió el partido por la medalla de bronce ante Rusia) y de jugar su primer Mundial en España 2014, el Real Madrid tocó a su puerta. El primer año en uno de los grandes del básquet europeo no fue fácil: era el tercer base del equipo y, cuando estaba comenzando a sumar buenos minutos en cancha, una lesión en el tobillo lo complicó.
Cuando el Real Madrid decidió cederlo al UCAM Murcia, muchos en el ambiente del básquet argentino pensaron que Campazzo no volvería a jugar para un grande europeo. Pero gracias a su fortaleza mental, el cordobés supo aprovechar la jugada y la usó a su favor: con la titularidad asegurada, se hizo dueño del equipo y empezó a desplegar todo su arsenal.
Más allá de tener presencia en los clips de grandes asistencias o jugadas espectaculares, las estadísticas mostraron la transformación del base argentino: en las temporadas 2015/16 y 2016/17, lideró al equipo en asistencias (terminó ambas campañas con más de 5 de promedio por juego) y con casi dos recuperos por partido. Además, fue clave en ofensiva: promedió cerca de 14 puntos por encuentro con el equipo de la universidad católica de la ciudad, que con su aporte logró clasificar a los playoffs de la Liga Endesa y compitió por primera vez en su historia a nivel internacional en la EuroCup, el torneo de segundo orden en Europa.
Fue entonces que, luego de revolucionar a Murcia y de ser titular con la selección argentina en los Juegos Olímpicos Rio 2016, se produjo su regreso al Real Madrid, que lo tomó con los brazos abiertos y dispuesto a darle la titularidad. Con la confianza a nivel exponenciales, el juego de Campazzo fue un impacto positivo en el equipo que tenía a Luka Doncic, el esloveno que hoy brilla en los Dallas Mavericks de la NBA, y de Sergio Llull, el tirador español que fue pieza clave en la selección española. De la mano del cordobés, ya instalado como el base titular del club merengue, el equipo logró el doblete: ganó la Liga ACB de España y se coronó en la Euroliga como el mejor equipo del continente.
Pero como la carrera de Campazzo parece ser un cohete camino a la luna, siempre en ascenso, la presente temporada le pertenece. Ya sin Doncic, tomó las riendas del equipo: es el máximo asistidor de los merengues en la liga española con 5 de promedio, además de sumar 9.4 puntos en casi 25 minutos de promedio. El Real Madrid marcha en la segunda colocación de la ACB, con récord de 21 triunfos y 6 derrotas, y Facundo fue elegido en ocho ocasiones como el mejor latinoamericano de la jornada.
En la Euroliga, sus números son similares (8.5 puntos y 4.5 asistencias en poco más de 24 minutos por encuentro), y su influencia en el rumbo del equipo fue decisiva para volver a clasificarse al Final Four, el mini torneo de cuatro equipo que definirá al ganador y al que el Real Madrid llega como campeón defensor.
"Intentamos tener un ADN que nos haga jugar intensos y marcar los ritmos", mencionó Campazzo hace algunos días en una entrevista que le concedió a Radio Marca. Intensidad, una palabra que define su juego y del Real Madrid que lidera en la presente temporada.
Con 28 años y 20 títulos en su historial, el presente le pertenece. ¿Y el futuro? Ya lo dijo Manu Ginóbili antes de su retiro: "Facu Campazzo es el argentino que más cerca veo de la NBA". Varios equipos lo vienen analizando hace un tiempo, entre ellos están los Houston Rockets de James Harden y los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo, dos de los mejores equipos de la liga en la actualidad.
Decisivo en el Real Madrid y en la órbita de la NBA, Facu Campazzo tiene muchos desafíos por delante. Y uno lo viste de celeste y blanco: a partir del 31 de agosto, el 7 jugará el Mundial en China y será uno de los líderes de la camada de jugadores que viene a tomar el lugar que se ganó la Generación Dorada de Scola, Nocioni, Delfino, Prigioni y compañía. "Hay un grupo de jóvenes en Argentina que quiere hacer su propia historia", dijo el base. Sin dudas, gracias a su juego, él ya la está escribiendo.
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